Una huida desvergonzada
agosto 31, 2015 9:30 am

¿Cómo abandonas el país en plena crisis, haciendo gala de una gran cobardía, torpeza e irresponsabilidad? Te vas con una comitiva de cien personas, en un avión prestado, a pedir limosna. Para castigarte debidamente tendríamos que modificar nuestras leyes para incluir la cadena perpetua.

 

 

Hay quienes dicen que no regresas. Ojalá que eso no sea cierto porque te queremos en Venezuela, para ser juzgado y castigado por tus crímenes. Se dice que tu viaje ha sido decidido por sectores militares que te han dicho que hasta aquí llegaste. El ministro de la defensa ya está de salida, dicen que para ser reemplazado por un militar que tiene aspiraciones presidenciales, un tal Rodríguez Torres. El incoloro vicepresidente también está de salida de La Casona y de su cargo. Se piensa que todo ello forma parte de un golpe palaciego ya en progreso, el cual te sacaría de Miraflores para que el grupo narco siga en el poder.

 

 

El país tiene que estar alerta a estos movimientos. Venezuela es un país en disolución, con un inmenso vacío de poder, cuyo control está siendo objeto en estos momentos de intensa disputa. Aunque sea una patada por el fundillo, tu viaje se ve como una fuga, vergonzosa como todo lo que haces. Si acaso regresas te veremos bajar del avión de la “gloriosa” Línea Cubana de Aviación como un zombi. Vendrías simplemente a recoger tus maletas para seguir tu viaje hacia algún rincón de Zimbabue.

 

 

Tu “presidencia” ha sido un largo rosario de estupideces trágicas.    Recuerdo que el 3 de febrero de 2013 regresaste de La Habana y dijiste que el Comandante Chávez estaba en recuperación, que se mantenía estable, siempre animoso, siempre lleno de energía. En esos momentos, Chávez probablemente ya era difunto y, por lo tanto,  muchas de las ejecutorias de esa época que llevan su firma son inválidas y fraudulentas. Entonces le mentiste al país, como le mientes ahora, porque eres un mentiroso patológico, entrenado por los castristas cubanos para entregarles la riqueza y la soberanía venezolana.

 

 

Tu presidencia ha sido ilegítima de origen y, ciertamente, de comportamiento, Has ido destruyendo día a día lo poco que el difunto no tuvo tiempo de destruir. Sin estar preparado para ser mucho más que un reposero del Metro de Caracas, fuiste llevado a una posición de clara incompetencia.

 

 

Te has rodeado de gente mediocre y codiciosa, de militares narcos y civiles adulantes, quienes te han hecho sentir como un emperador romano. Tus pachotadas y tu incultura son celebradas por la pandilla, lo cual te ha hecho pensar que eras un genio político. Anteayer decías en un “discurso” a taxistas: “nosotros debemos establecer un sistema de mantenimiento.. Mantenimiento preventivo, mantenimiento correctivo y cuando toque – hay que tener esa disciplina porque a veces uno no quiere parar el vehículo – mantenimiento mayor. Lo que llaman el overhaul. ¿Ah, Elías? Yo me sé mi vaina.”.  Por algo te llaman el payaso corrupto, porque desde la presidencia has seguido hablando el lenguaje del reposero del Metro.

 

 

Tu total incapacidad ha generado un sentimiento casi unánime de desprecio hacia tu régimen, un desprecio que ya incluye a quienes te apoyaron como heredero del comandante “eterno”. Sentirte despreciado y rechazado por los venezolanos hubiera sido suficiente para que hubieses renunciado y permitido una profunda rectificación del rumbo suicida que llevabas. En un hombre pequeño e inculto como tú, este rechazo popular generó una reacción opuesta, un sentimiento de odio y un deseo de venganza en contra de quienes “no aprecian tus virtudes”.  De allí que en las últimas semanas hayas pasado de la palabrería hueca y de la total inacción a tomar medidas que han puesto al país de espaldas a la comunidad hemisférica: te has peleado con Guyana y con Colombia y ordenado una agresión contra el pueblo colombiano mientras bailabas una cumbia mal tocada. Ver:https://d1yvzyjr7nn9k2.cloudfront.net/indignacion-el-miserable-de-maduro-se-burla-del-dolor-y-la-tragedia-de-sus-paisanos-video/ .

 

 

Has tratado de esconder tu incompetencia detrás de una gran crisis que hunde más al país que ha tenido la desgracia de verte en un sitio que te ha quedado como le quedó el camisón a Petra.

 

 

 

Gustavo Coronel

 

 

 

Y ahora, esta huida ignominiosa. Después de crear la inmensa crisis, después de generar el caos en el país, te has ido de viaje a China y Vietnam, y que “a buscar capital”, es decir, a pedir limosna. Un viaje en el cual serás recibido por funcionarios de tercer nivel, como ya te sucedió a tu llegada a Vietnam hace unas horas y como te sucedió antes, cuando viajaste a Rusia con la primera combatiente, ambos disfrazados de aldeanos siberianos.