Una editorial con ambición cultural
marzo 31, 2017 4:31 am

 

 

Corría el año de 1988, hace ya 30 años de esto. La Universidad Católica Andrés Bello le daba vida a sus publicaciones, a sus libros como objetos de transmisión de ideas, de razón, de intercambio de experiencias y como traducción de crecimiento y progreso humano. No se puede entender una universidad, un centro para el conocimiento y la investigación, sin la presencia real de una unidad de publicaciones que lleve hacia delante una política editorial, que la defina como espacio del y para el saber y para la cultura. En definitiva, es lo mismo, siguiendo el orden de significados, de aquella definición que nos da Clifford Geertz en su célebre en ensayo sobre la Interpretación de las culturas (1988 en la edición en castellano) cuando nos dice antropológicamente que“el concepto de cultura que sostengo (…) denota un patrón históricamente transmitido de significados expresados en símbolos, un sistema de concepciones heredadas y expresadas en formas simbólicas por medio de las cuales los hombres se comunican, perpetúan y desarrollan su conocimiento sobre la vida y sus actividades hacia esta”

 

 

 

Pudiéramos entonces considerar la presencia de una dirección de publicaciones dentro de un reciento universitario, en el caso que nos ocupa en la Universidad Católica Andrés Bello, como la prolongación de la reflexión y de los saberes que, dentro de ella se imparte. El decreto rectoral, que le da vida pública a los libros y a las publicaciones periódicas dentro de la UCAB, establecía en aquel momento que la misión de la Dirección de Publicaciones es: “Difundir el saber y la investigación generados en la UCAB, así como la identidad ucabista por medio de la edición de textos universitarios, publicaciones periódicas de carácter divulgativo y otros documentos ucabistas importantes”. Así, se le daba existencia a la producción y edición de libros dentro de la UCAB.

 

 

 

A lo largo de todo el tiempo que configura la historia de las publicaciones en la UCAB, nos encontramos con textos diversos en contenido y forma. Sin embargo, buena parte de los libros que se publicaron se fueron especializando en áreas y géneros literarios que contribuyeron a divulgar lo que se estaba haciendo en la UCAB. Los volúmenes publicados a lo largo de toda esta historia rescatan, fundamentalmente, los trabajos de cátedra que se traduce en obras de enseñanza universitaria, pero también los asuntos planteados en la diversidad de seminarios y jornadas que se fueron dando a lo largo de todo ese tiempo.

 

 

 

II. El tiempo y su lectura.

 

 

 

Debemos de entender la paradoja de las mutaciones que trae consigo, o que impone, la historia, es decir, el tiempo transcurrido. Han sido 29 años y un poco más para la actividad editorial ucabista. A lo largo de esa historia, ha habido, como dice Roger Chartier refiriéndose a la lectura del tiempo, ruptura, invención e inercia a la vez. Sin embargo, esas tres variantes tienen que ser vistas con sentido de evolución y transformación necesarias. Pues nada permanece estático e inmutable.

 

 

 

Desde las primeras ediciones ucabistas hasta las actuales, se han producido cambios que no solo tienen que ver con la tecnología, que en cada momento impone la edición y producción del libro, sino también con el hecho de que la inserción de la UCAB en Venezuela se ha ido delineando con mayor especificidad, fuerza y confianza en lo que ella ofrece e inspira para el país y sus ciudadanos.

 

 

 

Reconozcamos que la Universidad Católica Andrés Bello se ha venido convirtiendo en un espacio para pensar la Venezuela del presente que requiere de profundas transformaciones, que comprenden lo económico, lo social, lo político, lo educativo y lo cultural. La UCAB se ha querido convertir en referencia obligada a la hora de pensar nuestra comarca y esta vocación debe ser traducida y expuesta en sus publicaciones.

 

 

 

 

III. La nueva realidad.

 

 

 

El país cambió y el panorama que hoy nos ofrece es desolador. Quizás el término resulte muy grave, pero no hay más que mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta de cuál es la realidad hoy. Volvamos a repetirla: hay excesos del Gobierno hacia los ciudadanos; las libertades democráticas más elementales han sido limitadas o simplemente censuradas; la seguridad de la sociedad está en constante peligro y el Estado poco ofrece para mejorarla; el derecho a decidir a través del voto ha sido secuestrado; la economía y el sistema productivo están paralizados o arruinados por un modelo más que fracasado; se han puesto en práctica decisiones indebidas… Este es el retrato que hoy nos ofrece Venezuela.

 

 

 

Ante ese panorama, la universidad venezolana debe dar respuestas, aunque el Estado no quiera escuchar o reaccionar. Pero es deber del intelectual, de la universidad como asiento privilegiado de la inteligencia, hablarle claro al poder. Lo expresaba estupendamente Edward W. Said cuando nos dice que“…a mi me gustaría insistir en la idea de que el intelectual es un individuo con un papel público específico en la sociedad que no puede limitarse a ser un simple profesional sin rostro, un miembro competente de una clase que únicamente se preocupa de su negocio. Para mí, el hecho decisivo es que el intelectual es un individuo dotado de la facultad de representar, encarnar y articular un mensaje, una actitud, una filosofía o una opinión para y a favor de un público (…) Su misión es la de plantear públicamente cuestiones embarazosas, contrastar ortodoxia y dogma (más bien que producirlos), actuar como alguien a quien ni los gobiernos ni otras instituciones pueden domesticar fácilmente…”

 

 

 

¡El pensamiento ante la barbarie! Ese podría ser el lema de la universidad venezolana. Pero surge una interrogante: ¿De dónde partimos para orientar la reflexión actual? Los libros, como se ha dicho tantas veces, se hacen pensamiento, pero para ello requerimos de las imprentas, del papel y de quienes los escriban, aun a pesar del desafío que entraña la digitalización de los escritos. Irrumpen los editores y las editoriales para darle forma a los libros.

 

 

 

IV. abediciones.

 

 

 

Editar libros aquí y ahora en la situación que vive el país es toda una aventura, un riesgo, por el cúmulo de dificultades materiales-económicas que están presentes. Si no tenemos alimentos, ni medicinas, mucho menos contamos con papel, tintas, planchas…y demás insumos para el arte de la impresión. Hacer libros no es prioridad gubernamental. El director ejecutivo de la Asociación de Industriales de Artes Gráficas de Venezuela (AIAG) declaraba recientemente que los inventarios de materias primas e insumos para el sector de la industria gráfica estaban entre 10% y 15%. En 2013 ya se empezaban a escuchar los primeros gritos de auxilio pues se indicaba, en crónica de la revista El Librero, que “En la Venezuela del presente, asfixiada por el control de cambio y con una economía perversamente distorsionada, hacer libros es una hazaña. Y no es un tema del que los más afectados, los impresores, estén dispuestos a hablar…tal vez porque algunos de ellos han dejado de serlo para convertirse en mercaderes de bienes escasos”.

 

 

 

Sin embargo, hay gente, emprendedores de pequeñas y medianas editoriales independientes, también algunas de las grandes, que siguen apostando para que el libro continúe existiendo en nuestro territorio y que llegue a las manos de los lectores. Este es el caso de la Universidad Católica Andrés Bello que está empeñada en seguir haciendo libros. Es el deseo de no claudicar, de resistir y de querer darle respuesta y propuestas al momento actual.

 

 

 

Desde mediados del año 2016 las publicaciones ucabistas han refrescado sus ediciones y la forma de hacerlas, pero dentro de su propio sello editorial: abediciones. En tal sentido, lo primero que hicieron fue crear una marca, dotarla de identidad y darle vida propia. Desde abediciones nos dicen que“El lanzamiento de una nueva marca y el rediseño de las colecciones Libros UCAB es una gran oportunidad para reposicionar a los libros que se producen en la UCAB, permitiendo ganar nuevas audiencias y lograr una difusión y promoción más eficiente del producto. Este debe ser el punto de partida del proyecto: establecer los objetivos estratégicos de la nueva editorial (…) La metodología de la Idea de Marca implica desarrollar una narrativa para la marca y la colección que se apoye en la filosofía o credo de la editorial, que se conecte con los deseos y aspiraciones de las audiencias y que se diferencie radicalmente de los mensajes de la competencia”

 

 

 

El futuro de abediciones está por construirse como editorial dentro del panorama del libro en Venezuela. Esta nueva editorial que hoy se hace presente, ha delineado su perfil editorial:

 

 

 

-abediciones es la editorial de la Universidad Católica Andrés Bello. Tiene la misión de apoyar, propiciar y divulgar el desarrollo del conocimiento en las áreas de ciencias sociales y humanidades, así como en el campo técnico-científico. Respalda y estimula la creatividad a través de la selección, producción y divulgación de obras en campos diversos que van desde la investigación, la divulgación, narración, la fotografía, el arte…

 

 

 

 

-abediciones se debe de posicionar como una editorial universitaria importante en nuestro país. Que se distinga, a partir de cada una de sus colecciones, en la divulgación del conocimiento en ciencias sociales y humanidades, en el saber técnico-científico, y que sea una referencia nacional e internacional.

 

 

 

-El fondo de abediciones está conformado por distintas colecciones que son el puente para la divulgación del quehacer académico y creativo. Al respecto, dispone ya de siete colecciones: Papeles del Rectorado, Ediciones Especiales, Visión Venezuela, Registro, Cátedra, Baciyelmo y LetraViva.

 

 

 

-Las obras a ser editadas por abediciones serán el resultado de trabajos universitarios que podrán provenir de las esferas docentes, de investigación, legales, administrativas o culturales. De la misma manera podrán ser resultado de acuerdos; o mecanismos de colaboración; o convenios con instituciones, investigadores o creadores ajenos a la Universidad.

 

 

 

-En el ámbito de las coediciones, abediciones promueve esquemas de colaboración intelectual e institucional con el objeto de enriquecer el trabajo editorial universitario.

 

 

 

-Comercialmente, las publicaciones de abediciones son impresas y/o digitales y se canalizarán a través de distribuidoras convencionales de libro impreso y plataformas de distribución de contenidos digitales

 

 

 

Dentro del des-orden que reina en el país, la presencia de un nuevo sello editorial que desea rebasar los espacios privilegiados del reciento universitario es siempre una buena nueva. Es el esfuerzo por hacerse presentes y además querer ser la vitrina no solo del quehacer universitario, sino también del hacer del hecho cultural y creativo. De ahí el título de esta crónica: Una editorial con ambición cultural. Esto está todavía por ocurrir, pero el camino se ha iniciado. Como dice el poema de Antonio Machado y que  abediciones hace suyo: Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino…

 

 

Marcelino Bisbal