Un congreso sin debate
agosto 2, 2014 7:16 am

Dentro del PSUV no se conoció que se debatieran los problemas más profundos del país

 

Las medidas económicas visibles que hasta ahora se vislumbran como cercanas son aumento de los impuestos, aumento de la gasolina y la unificación cambiaria. Medidas inevitables dada la situación de crisis económica, con una muy alta deuda pública y una inflación que podría ser la mas alta del mundo al cierre de 2014.

 

Ahora bien, estas no son medidas que se dirigen a resolver los problemas estructurales del modelo económico, sino que son de ajustes, es decir, medidas para equilibrar las distorsiones que son consecuencia de los errores cometidos por el cerrado modelo económico. Ello quiere decir que todavía no se conocen cuáles podrían ser las medidas que se tomarían para corregir las causas de esos desequilibrios, y peor aún no se sabe si en algún momento se tomarán.

 

De manera que mientras tanto los problemas seguirán y de lo que se trata es correr la arruga. Lo que generará que en poco tiempo se vuelvan a presentar desajustes que nos empujen a más inflación y escasez, muy por encima de la que hoy padecemos.

 

Dentro del PSUV, al menos hacia fuera, no se conoció que se debatieran los problemas más profundos de la crisis que vive el país. Por ejemplo la corrupción localizada en empresas que importan con sobreprecio; las empresas de maletín que reciben dólares para importar; los miles de millones asignado al sector salud sin que se vean resultados; las contrataciones directas a través de convenios.

 

Igualmente los casos del cemento, cabilla y otros productos producidos por empresas del Estado desaparecidos del mercado y un punto importante: ¿Por qué las empresas estatizadas han sido un fracaso económico?

 

Esa ausencia fue remplazada por los festejos al «líder eterno», los discursos oficiales llenos de generalidades, los cantos del PSUV, la iconografía heroica y consignas antiimperialistas.

 

Lo que se desprende del congreso del PSUV es que se impuso la cúpula actual representada en los 400 delegados directos, pero entre ella no hay consenso sobre el rumbo que debe tomar la revolución.

 

Por eso aún no hay «sacudón» como lo anunciara el presidente Maduro y se extienden hasta septiembre las presuntas medidas más severas, que por ahora no se conocen con exactitud: ¿más economía cerrada o apertura en algunas áreas? ¿Acuerdos con la banca internacional?

 

He allí el dilema que sí se debate en un pequeño círculo. Algunas voces internas como la de Freddy Bernal han tocado públicamente el tema de las empresas estatizadas y el fracaso de la producción de alimentos. Con cantos, discursos y propaganda, difícilmente se puede mantener a raya a una amplia base chavista que no se presentó a votar por sus delegados.

 

Francisco Olivares 

 @folivares10