Sin acuerdo, sin esperanzas, sin sentido,
diciembre 5, 2017 6:21 am

Concluyó el encuentro dominicano -y como era lógico- sin acuerdos, se perdió ese viaje, como tantos otros. Nueva reiteración de que ni el oficialismo ni la oposición mud representan la mayoría, no saben conversar, ni entienden por dónde van las cosas. Se desconoce con exactitud qué piensan, siempre hablan de países inexistentes, de un pueblo que cada quien interpreta a su manera, pero ninguno comprende realmente. Son dos babiecas echando plomo al aire para hacer creer que están en guerra defendiendo algo que ninguno entiende en su auténtica realidad. Borrachos discutiendo por botellas que no sólo están vacías, sino rotas, heroísmos de carnaval y papelillo a los cuales sólo les queda un balón para jugar: el hastío de ese mismo pueblo que no se siente representado ni defendido, por el contrario, despreciado, olvidado, irrespetado y agredido.

 

 

 

Nada lograrán, a menos que hagan cambios trascendentales.

 

 

 

 

En la Venezuela a la cual nos han traído, unos por estupidez ideológica, los otros por torpeza, desunión persistente, incoherencias y contradicciones, es inaplazable una permuta a fondo, profunda.

 

 

 

No se trata de un movimiento o simple cambio de gobierno, no es sólo que Maduro y sus incompetentes funcionarios civiles y militares terminen de ser sustituidos; el problema va más allá, está en que los presuntos relevos, permitan encender la más pequeña llama de que algo mejorará.

 

 

 

Ambos grupos han vuelto a fracasar en sus conversaciones, diálogo, negociaciones, encuentros o como deseen llamarlos y volverán a salir mal. No es asunto de fechas ni de temas, es cuestión de capacidades y actitudes. Nunca han sabido, y ni sabrán, dialogar. No han podido acordar más allá de mutuas y concretas conveniencias, asunto en el cual, al menos hasta ahora, el madurismo ha salido siempre mejor parado. Los dirigentes de la actual oposición mud han tenido iniciativas y llamados importantes que después han convertido en entregas y fracasos, el 16J es el mejor ejemplo, mientras el castrismo permanece y anunció que Maduro quiere repetir. Pero es sólo el miedo al desierto que, por mucho dinero que se tenga, no es agradable, es terrible. No en balde los árabes en tiendas y camellos sólo quedan en las películas. Maduro y empleados quieren seguir protegidos, precariamente sobre bayonetas y pleitos entre pandillas de la misma caverna, pero en el poder.

 

 

 

La dictadura planta como condición para realizar elecciones presidenciales y amenaza con no firmar el acuerdo, que se levanten las sanciones -calificadas de groseras- que la dirigencia de la derecha solicitó al Departamento del Tesoro americano y frente a las autoridades españolas, canadienses y otras, pero agrega con cinismo la obligación de reconocer la espuria Asamblea Constituyente, que tiene más de cubana castrista que de venezolana. ¡Soliciten audiencia a Trump y la Unión Europea!

 

 

 

La oposición mud por su parte, en tono de juego diplomático, pacifista y dialogante manifiesta satisfacción por haber logrado una reunión con países que son testigos de las posiciones para que conozcan la realidad venezolana. Se plantearon asuntos electorales como si en dictadura y a la dictadura importara. Y lo consideran un triunfo.

 

 

 

Ambos son desconsiderados perdedores, engañan a los ciudadanos y no han resuelto nada, ¿ni siquiera quien sentó a quién en el diálogo? Lo cierto es que, platicando estulticias, invitando y rechazando convite, se dan oxígeno mutuo. El gobierno que ya no debería serlo y la mud que tampoco convendría existiera.

 

 

 

Ya es suficiente, cuando los motores se funden hay que cambiarlos.

 

 

 

 

Sea lo que sea que hagan los maduristas, la dirección y principios de la oposición deben cambiar. Sus veteranos -no es cuestión de edad, sino de aferramientos- les corresponde irse de vacaciones, jubilación indefinida y dejar espacio para nuevas mentalidades con frescura y principios. No se puede poner la mano en el fuego por esos relevos, especialmente si no son más que ascensos dentro de las mismas estructuras partidistas, pero al menos recibimos la oportunidad para soñar de nuevo. La novela esta fastidiosa y el final se conoce.

 

 

 

Afortunadamente quedan muchos venezolanos capaces de tomar, con realismo y eficiencia, el mando del Estado, para reconducir a una Venezuela devastada que no la tiene nada fácil, pero sí con posibilidades.

 

 

 

Tenemos por delante largos y difíciles años, una ruta llena de dificultades, los capitanes actuales ya han tenido demasiadas oportunidades para demostrar que no aprecian ni saben lo que tan tenido en las manos y mucho menos cómo manejarlo. Existen innumerables ciudadanos, de todas las edades, que al menos en sostener sus oficios y empresas en medio del desorden e ineptitud del régimen han mostrado resistencia, voluntad, coraje y preparación.

 

 

 

Improductivos negociadores que se apropiaron indebidamente de la representación ciudadana deberían aprovechar las próximas conversaciones, y por supuesto, la gentil invitación a Miraflores, de quien dijo ser enemigo de oligarcas derechistas apátridas y traidores al servicio del imperio, para ponerse de acuerdo sobre cómo y a dónde se irán. Será un buen motivo para que los venezolanos tengamos algo que celebrar en estas navidades sin hallacas ni pan de jamón. El desconsuelo familiar permanecerá en nuestras memorias por mucho tiempo.

 

 

 

Por cierto, las formas extrañas del caribe, se llega como enemigos irreconciliables, y se retiran como adversarios de buen corazón. ¡Embrujo del trópico!

 

 

 

@ArmandoMartini