Más vale que empieces a rogar a tus amigos que viajan, un desodorante, champú…
Qué veríamos? Según el BCV, una de las inflaciones más altas del mundo, que a) dependiendo del momento en que esa institución decide que le conviene publicar y b) si viene directo del departamento de estadísticas o si está «revisada» por el directorio, podría ser 63% o 60 % anualizada.
De acuerdo también al BCV, cuando todavía cumplía sus normas y costumbres de publicar datos cuando los producía, la escasez global de productos bate récord de más de 25%. Y si miramos la foto más reciente de la escasez de alimentos básicos regulados en Caracas, a través del lente Datanálisis, encontramos que la escasez focalizada supera el 60%. Pero hay varios casos emblemáticos, en ambas instituciones, como el aceite, que presenta más de 90% de ausencia. Considerando que Caracas es la ciudad más abastecida, es previsible que las fotos del resto del país sean impresentables. Si fotografiamos en Maiquetía, vemos una crisis sin precedentes, que se traduce en la reducción de aviones, rutas y frecuencias, lo que pone a la población a mendigar por una reserva o pagar fortunas para salir del país, o montarse en un catanare, después de largas horas de espera, para viajar por el interior.
La imagen captada en los hospitales y clínicas es un colapso que obliga a los médicos a trabajar con las uñas y sentirse frustrados sabiendo qué hacer y no pudiendo hacerlo frente a las limitaciones de instrumentos, materiales, equipos e insumos, que ponen en peligro la vida de los pacientes.
Veríamos también la restricción de medicinas, con un no cotidiano como respuesta en las farmacias. La foto captaría la genuina preocupación del gobierno por resolver este tema y algunas reuniones de emergencia para pagar deuda vieja y negociar a otro tipo de cambio las deudas más recientes, planteando implícitamente una devaluación encubierta, pero esa imagen se ha visto tantas veces sin resultados, que uno se siente tentado al photoshop.
Si la foto se toma en los concesionarios de carros y ventas de repuestos, está claro que se velaría por el brillo del vacío.
Si nos metemos a fotografiar en el sector construcción, ahí sí vemos actividad. Se está construyendo, estimulados por la distorsión cambiaria. Se paga en bolívares y se vende en dólares o al tipo se cambio paralelo equivalente. Los edificios de oficinas son especialmente importante, pues las transnacionales necesitan cambiar sus bolívares presos por activos para proteger el patrimonio, no importa a que precio. Pero esas construcciones enfrentan su peor momentos en términos de insumos. Sólo hay cemento comprado en el mercado informal o pagando sobreprecios y es una tortura conseguir cabilla, debido al desbarajuste que significó la expropiación de Sidor y la sampablera que tiene con sus sindicatos.
Y si por alguna casualidad lograste comprar un apartamento a los precios de hoy, porque con la ley de inquilinato, para alquilar no hay, te tengo la mala noticia de que no saldrá en una foto de revista, ya que sucio lo vas a dejar, toda vez que productos de limpieza, ni la sombra conseguirás.
Y si necesitas tomarte una foto para un bautizo, matrimonio o visa para emigrar, más vale que empieces a rogar a tus amigos que viajan, que un desodorante, champú y cremita te vayan a comprar, porque por estos lados ni de bolita vas a encontrar.
Si todo esto es culpa de la guerra económica, y no del control de cambio y precios, de las expropiaciones improductivas, del impago de deuda comercial, la ineficiencia de las expropiaciones y de las importaciones públicas y los desestímulos al sector privado, algo queda claro en este álbum nacional: la guerra la están ganando corrido… los que te quieren mal.
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@luisvicenteleon
