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¡Sí saldremos de esto…!

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¡Sí saldremos de esto…!

 

 

La violencia indebida con la cual ha arremetido el gobierno está incitando una confrontación civil sin precedentes en nuestro país. La gran pregunta que todos nos hacemos no es sólo hasta dónde llegará el gobierno en su represión (que es ilimitada), sino cuando culminará esta oscura etapa de exterminio, mortandad, saqueo y despojo ciudadano.

 

 

La historia nos da luces sobre qué sucede cuando las sociedades son ultrajadas y llevadas al límite, por dictadores y ocupaciones criminales. Los desenlaces son igualmente gendarmes, súbitos y violentos. Este fue el caso de Nicolae Ceausescu en Rumanía (1989), de Slobodan Milošević, el dictador de la antigua de Yugoslavia (2000) o de Manuel Noriega en Panamá (1989). Tres dictadores que no los elijo por casualidad, porque cada caso, amén de las brechas culturales, registra similitudes muy notorias respecto a lo que ocurre en Venezuela.

 

 

El hombre fuerte de Bucarest, Ceaușescu-habiendo tenido Rumanía elevados precios del petróleo en los 70-puedo mantener cierta “autonomía” con el gobierno de Leonid Brezhnev de la Unión Soviética, bonanza que le permitió consolidar su partido comunista, incorporarse a la alianza del telón de acero, pero sin ser ocupado militarmente. De ser un país agricultor e industrializado, pronto, debido a la aplicación del programa de sistematización y Securetate, lo convierten en un país improductivo, escaseado, hambreado y subyugado por los controles del Estado. A finales de los 80 el pueblo rumano se levanta en contra del dictador tras la matanza de Timisoara, extendiendo la rebelión a Bucarest. El Frente de Salvación Nacional (FSN) se va a la calle, y el 22D/ 1989, días después del genocidio de Timisoara, las FFAA le quitan el apoyo y obediencia al mandatario. Ceaușescu y su esposa tratan de escapar en un helicóptero de la policía nacional rumana, pero es obligado a aterrizar a las afueras de Bucarest, siendo encarcelado y juzgado sumarialmente por una junta militar.

 

 

Milošević, el carnicero de los Balcanes, propició la desintegración de la Republica Federal Socialista de Yugoslavia, devenida de enfrentamientos territoriales (Serbia, Bosnia y Herzegovina, Croatia), que los llevaron a una guerra fratricida. Milošević no participa del acuerdo de paz Dayton de 1995. Lo acusan de fraude las elecciones serbias municipales de 1996, y sale del poder un año más tarde tras fuertes protestas. Milošević es enjuiciado por un tribunal penal Yugoslavo, pero sin agotar los procedimientos de extradición, pacta su entrega y es llevado a la CPI de la Haya, donde es acusado por delito de lesa humanidad, genocidio, apartheid y exterminio selectivo. El dictador serbio muere en el centro de detención del tribunal penal en Scheveningen, antes de ejecutarse la sentencia por causa de un ataque al corazón. Aun se especula sobre la verdadera razón de su muerte.

 

 

Manuel Noriega, comandante de la FFAA de defensa de Panamá, 1983-1989, levanta la indignación del pueblo panameño tras el asesinato del médico opositor Hugo Spadafora (1985), quien acusó al dictador de vínculos con el narcotráfico. La crisis llega a tope cuando en mayo de 1989, Guillermo Endara arrasa en las elecciones, pero son desconocidas y anuladas por Noriega, “por injerencia extranjera”. Entretanto Noriega fue enjuiciado por tráfico de drogas por el Juzgado Federal del Distrito Sur del Estado de Florida, expediente que fue levantado en buena parte gracias a las confesiones recogidas del traficante Carlos Lehder. Noriega enfrentó a EEUU restringiendo el comercio y vulnerando sus intereses en el Canal de Panamá. El presidente Bush al ver afectado los intereses americanos en el istmo, decide su operación “Causa Justa” (Just cause) que da con la captura del gendarme panameño. El 19D/1989-llegada la media noche-las Fuerzas Aéreas militares americanas bombardean Ciudad de Panamá, conduciendo el traslado de Noriega a EEUU, donde es enjuiciado y condenado a 40 años de prisión. Noriega-a quien le encontraron joyas y más de 8MM de dólares en efectivo en su residencia presidencial-después de cumplir condena en EEUU-es trasladado a Francia para pagar cárcel por lavado de dinero, y finalmente regresa a Panamá, donde falleció en absoluta soledad, producto de un tumor cerebral.

 

 

 

No cabe duda que las sociedades cualquiera que sea su cultura o linaje, pulsan las salidas de sus tiranos y represores. Igual ha sucedido en países centro-africanos, asiáticos o las primaveras árabes…Venezuela no será la excepción. A lo interno debemos cuidarnos de nuestra anémica perplejidad y reactiva indefensión vicariante, que transforma cualquier hecho favorable a la causa libertaria, en una conspiración. Decir que el G2 cubano ha sido el dramaturgo de “los guiones” del 11A/ 2002, de la victoria de 2007, de las alianzas imbatibles entre chinos, rusos, iraníes o colombianos; del desmarque de la FGR o del sobrevuelan del Cap. Oscar Pérez, a quienes convertimos en un robocop de inspiración antillana, son babiecadas que fragmentan el espíritu de lucha y enaltecen torpemente la neutralización.

 

 

Esto se va a acabar. La historia y los pueblos así lo sentencian. ¡Sí saldremos de esto! Pero los primeros en creerlo, tenemos que ser nosotros mismos…

 

 

 

Orlando Viera Blanco

@ovierablanco

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