Ser útiles
enero 15, 2014 7:48 am

El reciente documento de los obispos católicos es importante de verdad. Al presentarlo, el arzobispo de Cumaná y presidente de la CEV, monseñor Diego Padrón, dijo: “Si hay palabras pero no son coherentes con las acciones es un diálogo falso, vacío de contenido”.

 

Los pastores están por el diálogo, lo consideran imprescindible dados los graves problemas nacionales. Pero ese intercambio no puede quedarse en declaraciones y fotografías, tampoco puede ser “un diálogo falso que solo sea una estrategia”, debe ser eficaz a favor del pueblo. Tiene que ser, dijo el prelado en entrevista, un diálogo realista y permanente. “Si pasado un cierto tiempo uno no ve resultados, las partes se desaniman y no podemos estar siempre regresando al comienzo”.

 

Consideran el efecto social favorable de conceder “beneficios procesales y medidas de gracia, previstos en las leyes, a personas que están encarceladas por actuaciones vinculadas con hechos políticos”. Llaman a todos los sectores a que “rechacen la exclusión y la segregación política, y sanen en su corazón la desconfianza y el resentimiento”. Aparte de sensato, es sano el consejo episcopal. La segregación política, como cualquier forma de exclusión, es injusta y contraria a la letra y el espíritu de la Constitución. La desconfianza y el resentimiento envenenan la convivencia en paz y libertad que es propia de la democracia.

 

Las diferencias que existen naturalmente, pueden procesarse en un ambiente respetuoso de la dignidad de todos y cada uno. Así ocurre en los pueblos más avanzados. Así queremos que sea Venezuela, para que todos podamos vivir y progresar en paz. Como queremos. Como tenemos derecho.

 

Otro asunto que llama la atención de los obispos, y se sienten en el deber de alertarnos a todos, es la incompatibilidad del denominado Plan de la Patria con la constitucionalidad venezolana. Si la concepción que se promueve es la de “un sistema sociopolítico y económico de gobierno, estatista, totalitario, radical y excluyente, de corte marxista-comunista, que descarta cualquier otra alternativa sociopolítica e ideológica e impone un pensamiento y partido únicos, advertimos con profunda preocupación que este objetivo está al margen de la Constitución”.

 

Útil al pueblo venezolano esta exhortación pastoral de la CEV y, precisamente, eso mismo es lo que nos pide a todos, que seamos útiles al pueblo venezolano.

 

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Por Ramón Guillermo Aveledo