Se nos fue Simón
febrero 21, 2014 7:27 am

El 10 de agosto de 2012 escribí estas líneas referidas a nuestro Tío Simón. Hoy las reproduzco con profundo pesar pero orgulloso de haberlo podido conocer:

 

Hay venezolanos trascendentes. Su amor por nuestra patria, su vida llena de esfuerzo, sus dotes naturales canalizadas para la construcción de un mejor país han marcado a generaciones enteras. Sus obras serán recordadas por generaciones futuras pues llegaron para incrustarse en lo más profundo de nuestras almas y seguirán por siempre en los corazones de los venezolanos que vendrán. Uno de esos venezolanos de excepción es Simón Narciso Díaz Márquez, nuestro Tío Simón.

 

Mucho se ha escrito sobre Simón Díaz, mas no lo suficiente para describir con propiedad y justicia lo que representa este maravilloso personaje que nos ha hecho a todos sentirnos honrados de haber nacido en estas tierras. Sus canciones describen un pedacito de lo que somos, de lo que sus sentidos captaron más allá de lo visible, para llevarnos a soñar historias en las que se entremezclan los aconteceres de la vida en su más plena y profunda sencillez.

 

El amor infinito de la madre que se desborda en la vaca Mariposa quedó plasmado para siempre en El Becerrito; la traición de un amigo dibujada en Mercedes bañándose a las orillas del río; las ganas de vivir de la madurez en Caballo Viejo; el amor de pareja como una conquista diaria con la garza mora dándole combate al río en Tonada de Luna Llena; las esperanzas puestas en un futuro mejor pues las penas pasan, como le dice el cabestrero a Nube de Agua en su Tonada del Cabestrero; el amor prohibido que acaba venciendo las barreras en El Alcaraván; el corazón desgarrado de quien se aleja del terruño sin saber si podrá regresar, en la mágica descripción de sus querencias plasmadas en Sabana. Todas lucen regionalistas; ninguna lo es. Cada palabra, cada estrofa, cada nota musical describen al ser humano en lo más hondo de su sentir y nos dibuja de cuerpo entero a los venezolanos de todas las regiones. Su fuerza descriptiva y sus metáforas nos avivan emociones y sentimientos. He allí la genialidad de Simón, lo que lo hace grande y universal.

 

Cada uno de nosotros tiene su canción favorita. Acaso nos llega por su letra y música, por lo que describe. Recuerdo discusiones mientras viajábamos por carretera escuchando la música de Simón, sobre lo que cada quien entendía había sucedido con Mercedes bañándose a las orillas del río, mientras el caimán patas pa’rriba que dormía de lo más sabroso había terminado tragándose a Mercedes. Resultó sorprendente y divertido escuchar lo que cada quien entendía. ¡Me tacharon de ingenuo por defender la moralidad de Mercedes! Si Simón hubiera escuchado aquella conversa, se hubiera reído de la cantidad de interpretaciones que surgieron.

 

Por vueltas de la vida, tengo la fortuna de conocer y ser amigo de la familia de Simón, especialmente de doña Betty, su amadísima esposa, y de Bettsimar, quien heredó de su padre la dulzura y capacidad de describir lo más enrevesado con las palabras más sencillas y cada día nos regala un micro de Todo Sobre Mi Padre. Simón y su familia llevan décadas viviendo en Baruta y, desde su casa, en donde se respira en cada esquina la magnífica paz que todos ellos transmiten, se divisa nuestro verde valle tropical. Allí vivió Simón, entre árboles, loros y guacamayas, rodeado del amor de los suyos.

 

En una conversa con doña Betty, al decirle que una de mis canciones favoritas es Qué Vale Más, me contó que Simón se la compuso en menos de 24 horas. Ella lo había «maleteado» por una de esas típicas querellas de pareja. Simón regresó a las horas con un guitarrista y le cantó «qué vale más, una mirada de tus ojos, qué vale más… nada comparable contigo, nada con tus labios nocturnos y tus caricias… qué vale más, si presentirte ya perdida o que me dejes una herida…». Al escuchar lo que le acababa de componer le abrió la puerta, lo dejó entrar, exigiendo que el guitarrista no entrara, y se reconciliaron. Lo cuento porque ella misma ya lo ha narrado públicamente. Bettsimar me obsequió un CD con 5 versiones distintas de esta maravillosa canción, grabadas en distintas épocas, joyas que aparecen en mi mp3 como de las canciones más escuchadas.

 

Simón ha traspasado las fronteras y es baluarte de todos los venezolanos. Simboliza lo mejor de nuestra patria y nos ha dado mucho para que nos identifiquemos y reconozcamos como nacidos y criados aquí.

 

¡Gracias por todo, Simón!

 

gblyde@gmail.com

Por Gerardo Blyde