Río de esperanza
febrero 27, 2014 10:55 am

La manifestación por la paz y contra la violencia del sábado 22 en la avenida Miranda de Caracas, fue una señal potente del mensaje de cambio en paz. La Unidad está al servicio del reclamo justo, de la protesta pacífica y civil. Capriles lo propuso, deliberamos y la MUD convocó. Decenas de miles de personas fueron por sus propios medios al municipio Sucre, en los linderos de Petare. ¿Puede el Gobierno ser tan ciego para no ver eso, o tan sordo para no escuchar ese clamor? Pero, igualmente, debemos preguntarnos ¿quién podría ser tan vanidoso para sentirse más grande que ese río de esperanza?

 

Requesens habló con dignidad en nombre de la juventud. Lilian, con emotividad propia de su vivencia, celebró la Unidad y agradeció la solidaridad unitaria. La de Machado es una voz que expresa con fuerza su visión. Ledezma aterrizó en los reclamos sociales y simbolizó la unión venezolana en las letras de Simón Díaz. Falcón subrayó la importancia de lo popular. Y Henrique Capriles apuntó con tino a una agenda de lucha llena de significado.

 

La Unidad no es un coro. Pero lo diverso entre nosotros tiene el límite del compromiso común. Venezuela nos une. Una Venezuela donde la Constitución sea marco de convivencia libre, respetuosa, pacífica, en la cual todos podamos vivir y progresar en paz. Sin divisiones, sin discriminaciones, sin exclusiones.

 

La Unidad es un río de esperanza. No una quebrada intermitente ni una inundación, un río. No uno que baja de prisa entre las piedras de la montaña, sino un enorme, poderoso caudal que transcurre serenamente. La línea de la Unidad es conocida. La brillantez, la valentía, la audacia de uno o varios de nuestros voceros, y mire que reunimos un elenco valioso, nunca se separaría para volverse arroyito solitario, ni sería fuerza suficiente para desviarnos de un cauce trazado a conciencia y convenido con honor, por la experiencia vivida por el pueblo. Porque aquí el compromiso no es entre nosotros nada más, es con los venezolanos, con el futuro que les prometemos.

 

¿Quién gana con la división de la Unidad? Venezuela no gana. Los millones que quieren un cambio no ganan. Tampoco el que hace cola para comprar comida, o el joven que ve cerrada la puerta de la oportunidad, o la familia que pierde un hijo por la violencia criminal, o el injustamente preso y el desterrado. Tampoco ganan los dirigentes o aspirantes a dirigir, o los líderes o aspirantes a liderar, porque no es verdad que sea mejor ser cabeza de ratón que cola de león, aunque el ratón sea uno mismo.

 

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Por Ramón Guillermo Aveledo