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Retrato de una catástrofe

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Retrato de una catástrofe

 

 

En los más de cinco años que Nicolás Maduro ha estado ejerciendo la Presidencia de la República, su gestión, sin hipérbole, puede calificarse como catastrófica en todos los órdenes de la vida nacional. Hoy nos referiremos a algunos resultados en el sector económico.

 

 

La contracción económica ha pasado de la recesión a la depresión. Según los economistas, hay recesión cuando cae el Producto Interno Bruto (PIB) durante tres trimestres consecutivos, y hay depresión cuando la caída rebasa ese lapso. Venezuela lleva, desde que Maduro está en el poder, cuatro años de contracción económica consecutivos, y vamos para el quinto, debido a que se pronostica por varias fuentes, incluyendo la del FMI, que la caída del PIB será de 15% en el 2018. En cuatro años, 2014-2017, la contracción superó 35%.

 

 

La producción petrolera de crudo ha descendido de manera progresiva de los 3 millones y medio de barriles diarios en 1998 a 1,49 millones de barriles diarios en el mes de marzo de 2018. A esto se añade que el ingreso por concepto de exportación petrolera se reduce significativamente porque parte de ella se vende en condiciones preferenciales a los países del Caribe, especialmente a Cuba, y 500.000 barriles diarios se van a China para pagar préstamos otorgados por ese país. También tenemos que destinar parte de las divisas provenientes de la exportación petrolera a la importación de gasolina (las refinerías están colapsando al operar a un 30% de su capacidad), de petróleo liviano para mezclarlo con el crudo pesado de la Faja del Orinoco, y de solventes de todo tipo.

 

 

Como este año 2018 la República y Pdvsa tienen que pagar por compromisos de deuda externa alrededor de 8.000 millones de dólares, se presume que continuarán los llamados default selectivos que han venido teniendo. Para evitar que eso ocurra, se requeriría obtener financiamiento internacional, lo que se dificulta o impide porque ostentamos una alta calificación de riesgo país y por las sanciones impuestas por varios importantes países de la comunidad internacional.

 

 

Continuaré con el análisis económico. Concluyo con un comentario. Maduro, después de haber dicho que iría “llueve, truene o relampaguee” a la Cumbre de las Américas, ahora declara que no irá porque no es su “prioridad” y asistir al evento es “perder el tiempo”. He recordado la fábula de Esopo, en la que la zorra no pudo alcanzar las uvas de una alta parra y se consoló diciendo que estaban verdes y esperaría “hasta que maduren”. Mutatis mutandi, la verdad es que no va porque no está invitado y porque ahora se está cuidando de salir del país.

 

 

Carlos Canache Mata

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