Receta para destrozar un país
mayo 20, 2013 7:32 am

Ingredientes: 1 líder, 1 cuerda de resentidos, 1 grupete de ineptos, preferiblemente corruptos, 1 padrino (o padre) bien agalludo. Falta de escrúpulos a granel.

 

Modo de preparar: Búsquese un militar con carisma y capacidad de comunicación. Póngalo a remojar, digo, a conspirar dentro de la Fuerza Armada. Una vez que dé el golpe (que por lo general le falla), métalo preso. Cuando salga del horno, digo, de la cárcel, estará listo para ganar una elección.

 

Convoque una Constituyente (siempre encontrará quien la haga legal lo ilegal). Búsquese al padrino para que eventualmente se convierta en «padre» (mejor si ha tratado antes de hacerse con el país) y póngale la chequera en bandeja de plata. Arrodíllese sin pena.

 

Búsquese un enemigo interno, como por ejemplo, los oligarcas. Búsquese un imperio que sea su enemigo externo. Despida a los mejores 20.000 trabajadores de su industria «gallina de huevos de oro». Procure irse haciendo de todos los poderes. Búsquese jueces, fiscales y rectoras «uh, ah». Cuidado si se le cuela algún Vicente, que le puede echar a perder la receta. Ignore la opinión y las necesidades de la mitad del país.

 

Reparta armas a cuanto loco se pronuncie a su favor y haga de la inseguridad política de Estado.

 

Ponga a un loco a manejar las finanzas del país. Expanda el gasto público y estimule la demanda para que al no haber oferta, surja la escasez y con la escasez que venga la inflación. No dialogue con empresarios y repita ad infinitum que son «bichos malos». Prohíba el acceso al mercado libre de dólares como opción.

 

Importe todo lo que se consume en el país para enriquecer capitalistas en otros países y desmejorar las condiciones de los trabajadores venezolanos.

 

Estatice (en realidad róbese) las industrias que estén funcionando, ponga a sus ineptos y corruptos a manejarlas para llevarlas bien rápido a la ruina.

 

Promueva la conflictividad laboral para acabar con la productividad que quede. Hostigue la inversión privada para que ningún empresario -ni venezolano ni extranjero- se atreva a invertir en el país. Elimine con el Sitme para acabar con la pequeña y mediana industria.

 

Designe al menos apto pero al que más obedezca al «padre» para que lo sustituya en caso de muerte o enfermedad. Róbese las elecciones si hace falta. Revuelva todo y ¡listo!… ¡Mal provecho!

 

@cjaimesb

 

Fuente: EU

Por Carolina Jaimes Branger