«¿Quién podrá defendernos?»
noviembre 27, 2017 9:40 am

Una de las características principales de los pueblos subdesarrollados es la constante búsqueda de líderes que resuelvan todos sus problemas. Ahí está el nuevo presidente de Zimbabue ofreciendo villas y castillos. Y la gente fascinada. No quiero sonar fatalista, pero lo más seguro es que terminen estrellados contra la pared. Un verdadero líder no es quien más ofrece, sino quien habla con la verdad. Los ingleses -a quienes no me atrevo llamar subdesarrollados- antes de la II Guerra Mundial estaban aferrados al primer ministro Chamberlain, quien aseguraba que no habría guerra. Cuando la guerra estalló, salieron a buscar a Churchill, que les había profetizado “infierno, fuego y condenación” y quien los guió sabiamente hasta el fin de la guerra.

 

 

 

Los latinoamericanos hemos sucumbido una y otra vez ante el populismo. Seguimos a quienes nos deslumbran. Jamás nos preguntamos qué vamos a resolver, mucho menos cómo lo vamos a resolver. Nuestra eterna pregunta es “quién”. Y de “quién” en “quién” hemos ido de abismo en abismo. (Y los fulanos “quiénes”, como decía Chávez, de cumbre en cumbre gastando el dinero que se necesita para tantas cosas prioritarias).

 

 

 

Los mexicanos nos dieron la respuesta exacta a la pregunta de “¿quién podrá defendernos?”: ese personaje vestido de rojo con short y antenas amarillas, armado de un martillo de mazo plástico: el Chapulín Colorado. ¡Nadie solo puede resolver, ni defendernos ni ser el mesías! Un país se construye con el concurso de todos sus habitantes. Todos pueden colaborar. Solamente cumpliendo con nuestros deberes ciudadanos ya haríamos una gran diferencia. Pero no, nos apegamos a la anarquía, a los populacheros, a los que ofrecen y ofrecen. Ya Maduro ofreció Bs. 4 millones para quienes tengan el carnet de la patria. Me imagino que seguirán imprimiendo billetes y que la inflación romperá récords. Pero la ignorancia es caldo de cultivo para estos regímenes. Mientras más dependientes nos hagamos, menos posibilidades de salir de este caos tendremos. Lo más triste es que si a algún político serio se le ocurre pedir que nos apretemos el cinturón, será odiado por la mayoría. Pero es preferible ser la voz que grita sola en el desierto y no la que promete y promete sabiendo que no puede cumplir ni una de esas promesas. La historia hablará.

 

 

Carolina Jaimes Branger

@cjaimesb