Pura coincidencia…
septiembre 12, 2016 6:35 am

El pasado jueves en el Espacio Anna Frank, el profesor Jon Aizpúrua dictó una charla magistral. Habló del movimiento político que surge enfrentando a las democracias liberales en crisis, en el que un pueblo va desdibujándose para terminar perdiendo las individualidades y formar parte de un colectivo que dependerá exclusivamente de lo que diga un líder ultraterrenal, universal, galáctico.

 

 
El proceso es el siguiente: un líder carismático e histriónico toma el poder. Como la democracia liberal imperante está en crisis, éste enfoca su discurso en dos vertientes: la primera, a destrozar la democracia y los partidos políticos existentes y la segunda, a hacer apología del orden caudillo-ejército-pueblo, la relación ideal para llevar a cabo los cambios profundos y, supuestamente, la fuente de la felicidad eterna. El pueblo es el Estado y el Estado es el pueblo. Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado.
Disuelve poco a poco los poderes como los concibió Montesquieu. El Tribunal Supremo de Justicia y el Poder Legislativo desaparecen ante un mega Poder Ejecutivo que centraliza todo. Modifica el ente electoral mediante leyes que le permitan ganar todas las elecciones. La palabra del caudillo es ley, es verdad, es orden. El caudillo no se equivoca. El caudillo es infalible.

 

 
Crea fuerzas de choque paramilitares, que funcionarán como su guardia pretoriana. Disuelve los sindicatos mediante modificación de la Ley del Trabajo, dando paso a un corporativismo donde ya no hay individuos, sino un partido único que forma la nación.

 

 
Se utilizan los símbolos y la propaganda. Se escoge un color que identifique al proceso. La propaganda es vital y para su difusión hay que acabar con los medios de comunicación independientes. Como decía Pol Pot en Camboya: “el que protesta es un enemigo, el que se opone, un cadáver”. Así de simple, así de macabro. Crea un enemigo externo a quien culpar de todos los males propios.

 

 
En esta etapa se pasa del autoritarismo al totalitarismo. Ya no hay sino un líder, un pueblo sometido y un ejército y una milicia al servicio del caudillo. Le suena conocido, ¿verdad?… El profesor Aizpúrua nos habló sobre cómo nació y se consolidó el fascismo en la Italia de Mussolini. Cualquier parecido con la realidad… es pura coincidencia.

 

 

Carolina Jaimes Branger
 @cjaimesb