Progresismo y centro-izquierda II
diciembre 4, 2013 7:30 am

Tomando el hilo conductor de nuestro artículo de la semana pasada, donde proponemos la integración de las organizaciones progresistas venezolanas: AV, CausaR, MPV, BR entre otras En esta entrega intentaremos finiquitar los argumentos en favor de tales ideas. Necesitamos un Partido Progresista que ampare un Estado Eficiente y Promotor. La eficiencia como vimos se mide y evalúa con los registros y mediciones de los indicadores de desarrollo.

 

Un Estado transparente en sus actividades fiscales, presupuestarias y administrativas. Que no cometa las barrabasadas ilegítimas de contratos de empréstitos internacionales oscuros y secretos que comprometen nuestra producción petrolera y burla descaradamente la participación de estados y municipios en el Situado Constitucional como un recurso más de la delincuencia oficial para aniquilar la estructura político-territorial del país, en procura de un sistema de comunas adscritas al partido de gobierno sin control ni mesura alguna.

 

El Progresismo es libertad de prensa, fidelidad en la información, derecho a la verdad. Hace falta verdaderamente un Partido Progresista innovador, que reuniendo los islotes existentes en la geografía política venezolana de nacimiento orgánico y activo de la Centro-Izquierda venezolana. No le es fácil a la población electoral salirse del enmarañado tejido ideológico logrado a través de hipermillonarias campañas publicitarias, y desplazarse desde el chavismo cautivador, hacia posiciones alejadas del Progresismo y la Centro-Izquierda. Renovar el TSJ, la Contraloría, la Fiscalía, la Defensoría, y la Asamblea Nacional es otra meta obligada de los progresistas en Venezuela.

 

Se constituye el Progresismo para combatir radicalmente la idea del partido único, o la simbiosis despreciable de Estado y Partido. Propugna la descentralización como medio de equilibrio de los Poderes Públicos y rechaza la idea de una dictadura del proletariado. Está asociado en principio a las capas medias de la población, desde donde se dirige al resto de la sociedad, con énfasis en los trabajadores. Los intereses fundamentales de existencia de las clases medias, van aproximándose, bien por su crecimiento bien por sus problemas materiales y sociales, al de los trabajadores en general, al proletariado en términos marxistas.

 

Limitación del poder absoluto, tales como las leyes habilitantes, mediante el fortalecimiento y el equilibrio entre las distintas ramas del poder público. Admite la existencia simultánea de cambios dialécticos y de evoluciones progresivas en las sociedades y sus formas de producir, distribuir y consumir y en torno a sus derechos individuales y colectivosSirva como corolario citar algunas propuestas programáticas de la lo que pensamos como Centro-Izquierda.

 

Ampliación máxima de la clase media, entendida esta como un sector con mejores condiciones de existencia, condiciones materiales y espirituales. Fenómenos como los experimentados por China, India, Suráfrica y especialmente Brasil, donde si bien la clase media no es la llamada a encabezar las luchas sociales, se convierte en un aliado importante. Allí se encuentran los intelectuales orgánicos de las luchas democráticas.

 

Se constituye como parte integrante en la búsqueda del Poder. Así pues todos tenemos un compromiso con Venezuela y con su futuro. Tenemos el llamado la formación de un gran movimiento progresista que recorre exitoso buena parte de Amèrica Latina y muchos países de otros continentes. La estrepitosa caída y derrumbe eterno del Socialismo Real Soviético reclama la existencia de movimientos y partidos que asuman el sueño de la igualdad y la libertad.

 

Las corrientes políticas tienen a reagruparse, no solo como proponentes del cambio sino frente a un gobierno que los persigue, los arrincona y no le ofrece alternativa de diálogo. Maduro antepone los intereses del PSUV y de sus asociados empresariales y políticos por ante las ventajas que ofrece un diálogo abierto y sincero y la coordinación de políticas sociales y de seguridad.

 

Ellos no quieren conversaciones ni encuentros. Su interés máximo es la destrucción de todo vestigio opositor en concordancia con las teorías más ortodoxas del neo-comunismo, bautizado como Socialismo del Siglo XXI. Lo dicen y lo repiten hasta la saciedad. Quieren destruir el modelo democrático, respetuoso de la propiedad privada e imponer sus tesis peregrinas y fracasadas. Esa realidad nos reclama organización y unidad. No cabe duda. Todo depende de nosotros mismos.

 

Por Eduardo Semtei