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Pláticas telepáticas con Orlando Maniglia

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Pláticas telepáticas con Orlando Maniglia

 

—Estimado Almirante. Tenía tiempo sin hablar con usted. Salvo los encuentros casuales en algunos restaurantes no hemos tenido pláticas importantes. Siempre es bueno oír sus pareceres y comentarios, especialmente ahora que Venezuela padece de chikungunya económica: fiebre (inflación),  bulimia (recesión),  anorexia (desabastecimiento) y melanoma (inseguridad).  Está como delicadita de salud.

 

—Saludos Sr. Semtei, por allí a veces lo leo. Gozo con  sus comentarios acerca de Diosdado Cabello.

 

—Almirante. ¿Es cierto que a usted le han ofrecido ser el presidente de un período de transición en caso que alguna situación “sobrevenida” obligue a unas elecciones presidenciales  anticipadas?

 

—No exactamente. Hay conversaciones especulativas donde tanto yo como otros generales y almirantes intercambiamos ideas en relación a qué haríamos si estuviéramos al frente del Estado.  Es imposible eludir, desconocer la situación por la cual atraviesa la patria. El propio presidente Maduro afirmó que nunca más volvería el precio del barril de petróleo a alcanzar los 100 dólares, que por cierto contradice lo afirmado por el Eterno en el sentido que podría llegar a los 200 dólares el barril.

 

—¿Anjá y qué haría usted de ser presidente de la transición?

 

—En primer lugar sincerar la economía.  Es insostenible una política cambiaria con tres tipos de dólar.  La oportunidad para el arbitraje (Yo diría para el robo descarado de dólares baratos para venderlos caros. Nota de Semtei) es demasiado tentadora y el negocio se traslada de producir, distribuir y vender bienes y servicios a la ganancia especulativa del mercado cambiario. En  segundo lugar el derroche, la regaladera, la compra de votos en los organismos mundiales se acabaría de un solo sopapo.  Yo cortaría de raíz el envío de 100 mil barriles diarios de petróleo a Cuba quienes a su vez venden en el mercado spot más de 70 mil y los cobran de contado, mientras que nosotros se los estamos vendiendo mediante un crédito a 25 años con 1% de interés.

 

—Púyelo Almirante. Me parece sensata su disertación.

 

—Todos los grupos civiles, los llamados colectivos,  serán conminados por  la Fuerza Armada a la entrega de todo su armamento.  Es intolerable la existencia de paramilitares. Las armas de la República únicamente en manos militares.  Al propio tiempo expulsaría de nuestra Fuerza Armada el chorrero de asesores cubanos, chinos e iraníes que ejercen una influencia inadecuada en lo que deberían ser decisiones autónomas y que además manejan el grueso de nuestros sistemas de inteligencia y contrainteligencia. Ejecutan las actividades de selección y compra de equipos y en algunos casos hasta recomiendan oficiales para ascensos y cargos. En eso coincidimos la mayoría de los generales que de tarde en tarde nos sentamos a conversar.

 

—En eso Almirante, usted tiene toda la razón.

 

—¿La empresa privada?  Libertad absoluta.  El derecho a la propiedad es sagrado. Yo mismo tengo unas pequeñas inversiones y estoy dispuesto a defenderlas contra toda amenaza.  No se concibe en ningún lugar del mundo un país democrático y en libertad y paz donde la propiedad privada tenga cercenado su funcionamiento y su contribución a los fines del desarrollo, a la creación de riqueza.

 

—¿Qué piensa usted de la participación de centenares de militares en cargos civiles de la administración pública?

 

—Bueno, lo que comenzó como un esfuerzo cívico-militar para la gobernabilidad se fue deformando con el tiempo.  Es razonable que oficiales superiores y generales participen en algunas empresas,  o ministerios, en algunas directivas o direcciones, pero de allí a que de 12 directores generales sectoriales de un ministerio 9 sean oficiales de menor jerarquía es una barbaridad.  La principal ocupación de un militar, su primer deber es la defensa de la Patria, y muy eventualmente su colaboración en actividades de la administración pública.

 

—¿Pueden los militares participar en política?

 

—Al convertirse  en una costumbre que los ministros de la defensa o los comandantes de fuerza, una vez pasados a retiro, se inicien como políticos no conduce a nada sano pues surge  como interés prioritario el ingreso y concurso político y electoral y no el militar. Lo político desplaza lo militar. Cuando los partidos políticos funcionan correctamente es prácticamente imposible que un militar después de 30 años de servicio, a una edad promedio de 55 años, inicie una carrera política exitosa y pueda llegar a ser candidato de algo;  parlamentario, alcalde o gobernador, salvo que, como es el caso venezolano, las candidaturas no se elijan en el marco de un proceso primario y equilibrado sino que alguna persona lo designe con su dedo.

 

En democracias donde funcionan los partidos este fenómeno no se presenta nunca. Que sufraguen está bien. Pero que tengan dentro de sus planes un fin político, una afiliación partidista es contranatura. La no deliberancia es garantía de paz. ¿Qué piensa usted del mensaje presidencial?

 

—Perdió una oportunidad brillante de encaminar al país por la vía de la conciliación, el diálogo, la concertación. Hubo demasiadas amenazas de cárcel para los agentes económicos. Se repitieron las cantaletas de guerra económica y burguesía parasitaria.  Mucho más asombroso resultó  cuando el Presidente Maduro se encomendó a Dios para que le enviara recursos. Fíjese usted  Sr. Semtei que el largo periplo recorrido por el Presidente en búsqueda de préstamos, recursos, inversiones no fue mencionado para nada, lo que evidencia que no hubo ningún logro que mostrar y eso permite deducir que el mundo califica a la economía venezolana como no confiable. Eso fue gravísimo.

 

—¿Usted con todo lo que ha dicho pareciera tener un programa de gobierno bastante completo y bien estructurado, no es cierto?

 

—Para nada amigo Semtei. Son simples especulaciones de un jubilado.

 

—Finalmente Almirante Maniglia  ¿Aceptaría o no una presidencia transitoria en caso que hiciera falta?

 

—Los militares nos formamos con el criterio de sacrificio por la Patria en cualquier situación.

 

—¿Eso es un sí o es un no?

 

—A discreción arm……..

 

Eduardo Semtei

@eduardo_semtei

 

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