Pedregoso camino hacia la libertad
febrero 13, 2019 6:07 pm

 

 

En Venezuela hay una situación de equilibrio inestable entre el poder que nace y el poder que muere. Este balance puede ser roto por algún acontecimiento imprevisto que desencadene el desmoronamiento final del régimen de Maduro; al momento de escribir estas líneas no ha ocurrido, pero tal vez esta tarde, en la madrugada, algo puede pasar que cambie de una vez el destino de la República. De un lado está la mayoría determinante de los ciudadanos, civiles y militares; la mayor parte de los países que cuentan en el planeta tierra y en nuestro vecindario; una crisis económica brutal que ahoga al 99% del país; las sanciones internacionales en contra de los personeros del régimen y la asfixia financiera del Estado. Todos estos factores presionan la salida de Maduro.

 

 

 

Del otro lado están las escopetas, controladas por los mandos militares leales (hasta ahora) a Maduro; los grupos armados paramilitares; las FARC, el ELN; las mafias mineras y del narcotráfico; así como gobiernos e instituciones que buscan otro nuevo diálogo que le dé tiempo al régimen, sea porque son sus cómplices, sea porque no entienden la naturaleza del conflicto o estén orientados por los “odios estratégicos” (Rómulo Betancourt dixit) en contra de EEUU, país que ha asumido una posición de vanguardia en este conflicto.

 

 

 

Este equilibrio inestable se va a romper en algún momento. Las mayores probabilidades son que ocurra a favor de la libertad y la democracia, lo cual requiere un manejo diestro por parte de la dirección política del proceso. En este sentido, sugiero considerar dos temas: el primero es el de las operaciones de guerra psicológica que están en marcha. Es obvio que Maduro y la banda presidencial están, hacia afuera, en la línea del falaz discurso por la paz y el diálogo, y, hacia adentro, con la tesis de galvanizar al pueblo para enfrentarse “al imperialismo”. Por su lado, quienes dirigen la acción de lado de Guaidó también desarrollan diestras operaciones psicológicas sobre la inminencia de acontecimientos. Sólo observaría no crear expectativas sobre situaciones que, de no darse, puedan resultar contraproducentes.

 

 

El segundo tema es la oferta de EEUU a los militares de Maduro: si lo abandonan, les suspendemos las sanciones. Confieso que me parece una aproximación equivocada. Gente que ha participado por 20 años en la “revolución”, además de tener dinero mafioso puede tener una posición ideológica para la cual el trueque propuesto no funciona. Tal vez funcione cuando algún ofertado tenga la pijama anaranjada, pero no antes.

 

 

Maduro está condenado a salir de Miraflores porque la situación se le ha hecho insostenible. Sin embargo, no hay que olvidar que la situación se les ha hecho insostenible a todos los actores de nuestra tragedia.

 

 

Carlos Blanco