La Mesa de Unidad Democrática (MUD) nació para promover el cambio político por la vía constitucional y establecer un gobierno de unidad nacional que incluya a todos los sectores sociales por encima de las diferencias políticas.

Escogimos este camino por varias razones: en primer lugar, porque somos demócratas auténticos y creemos que también lo es la inmensa mayoría de los venezolanos. En segundo lugar, porque nuestra lucha no tiene el único objetivo de cambiar un Gobierno por otro, sino porque estamos convencidos de que por encima de la incapacidad de quienes hoy nos gobiernan está el fracaso del modelo que representan y que ha fracasado donde quiera que se ha pretendido establecer, el cual vamos a sustituir por el modelo de la Democracia Social, que representa valores y propuestas programáticas que implican un cambio profundo de la concepción de quienes hoy gobiernan a Venezuela y que la han conducido a la actual crisis política, económica y social que hoy sufre el pueblo venezolano; y tercero, porque queremos un cambio político estable producto de un proceso sustentado en la Constitución Nacional, y en ningún caso como consecuencia de una guerra civil entre hermanos venezolanos, trabajamos para que nuestra propuesta sea capaz de consolidar una mayoría política y social que sirva de piso sólido para que nuestra alternativa llegue al poder con una legitimidad que le dé estabilidad al desarrollo de nuestro proyecto de cambio incluyente, democrático de verdad, que conduzca la reconstrucción del país, de sus instituciones, de su economía, en beneficio de todos y con respeto real a la Constitución, que garantice nuestro desarrollo con paz y con vigencia plena de los derechos de todos los ciudadanos sin excepción.

Las fuerzas democráticas, la ciudadanía en general, y el movimiento estudiantil, ante la necesidad de manifestar el rechazo a la situación que vive nuestro país se encuentra formando parte de una olla de presión, que trata de expresarse haciendo uso de la protesta pacífica garantizada en nuestra Constitución, ante lo cual el oficialismo en su conjunto para evitar esas expresiones legítimas, utiliza a los “colectivos” armados con la complicidad del gobierno para agredir a quienes protestan.

La paz de nuestro país depende de que el actual régimen en respeto a los derechos humanos desarme a esos “colectivos”, o se quite la careta.

Por Omar Barboza