Paradoja es una idea extraña a la opinión y el sentir de las personas
Paradoja es una idea extraña a la opinión y el sentir de las personas. También una aserción inverosímil o absurda que se presenta con apariencias de verdadera. Y, finalmente, figura del pensamiento que emplea expresiones o frases que envuelven contradicción. Cualquiera de las tres acepciones del diccionario cuadra perfectamente como resumen descriptivo del Gobierno nacional, una revolución cuyo argumento defensivo in extremis es que los problemas que ha logrado agravar o generar no son nuevos. Paradójica revolución que no trae novedades en los problemas ni en las soluciones, que son las inventadas en el siglo XIX y fracasadas y dejadas atrás en el XX. Salvo en Corea del Norte, porque ya ni en Cuba, a despecho de la retórica de los enchufados de allá y de cierta histeria automática.
Por eso a mis amigos partidarios del proceso les cuesta tanto comprenderlo. En nombre de lo que creen se hace todo lo contrario.
Este gobierno disolvió el Estado venezolano mientras lo agigantaba y lo alimentaba con un relato ideológico primitivo, porque lo hizo disfuncional e inoperante. Debilitó la moneda mientras la bautizaba “fuerte”. Hoy se compra menos con un bolívar fuerte, no digamos que con los mil bolívares de cuando la reconversión, sino con uno solo de los viejos.
Este gobierno ignora sistemáticamente la Constitución mientras la muestra y la alega para hacerse respetar. Es su guarimba, no su ley. Lo mismo que reparte acusaciones de golpismo a diestra y siniestra mientras exalta como heroicas y conmemora aniversarios de intentonas golpistas. Típicos conflictos de la mala conciencia o inconsistencias de la doble moral.
Este gobierno nos hizo más dependientes en nombre de la soberanía. Hoy importamos hasta combustibles y café. Anuncian los ministros que podremos comer porque han comprado comida en el exterior. Con la promesa de la soberanía alimentaria se han expropiado tierras y fábricas que ahora producen menos o no producen. Se han inventado planes de fantasía que se desvanecen sin dar cuenta de los miles de millones gastados en ellos. Fomenta la corrupción que dice combatir. Habla de diálogo en interminable monólogo. Su bandera es la paz, pero actúa para la guerra.
“Pdvsa es del pueblo” pero produce menos y la financia el BCV, es decir los venezolanos. “Ahora Venezuela es de todos” cuando ha sido privatizada en beneficio de unos pocos privilegiados. Pues que el socialismo cambie los aprovechadores no pasa de ser otra paradoja.
Ramón Guillermo Aveledo
@AveledoUnidad
