Fue el propio Hugo Chávez quien confesó en una ocasión que tuvo que aprender a gobernar sobre la marcha ante su sorprendido triunfo en 1998. Aprendizaje que desde luego nunca logró, si vemos los resultados de su gestión.
Pero lo que nos interesa destacar es que quizás el peor de sus legados ha sido la generación de relevo que hoy gobierna y de la que podríamos decir: «eso es lo que hay».
Por ejemplo, tenemos a esa generación de militares que hoy ocupan ministerios, gobernaciones, organismos financieros y las altas posiciones del PSUV. Una cofradía que se gestó en las conspiraciones, que ocupó los últimos puestos en sus respectivas promociones y que coleccionó amonestaciones por corrupción y mala conducta. Este es el grupo que se abrogó el título de herederos de Bolívar y que hoy con cuentas muy bien escondidas en Suiza, son los principales voceros de la campaña contra la corrupción. Quizás un personaje muy representativo de esa logia es Pedro Carreño, expulsado por corrupción de la FAN, cuyo lenguaje en el Parlamento quedará registrado como la expresión de uno de los momentos más degradantes de la historia política venezolana.
Sobre Maduro, al igual que su padre Hugo, sufre su proceso de aprender a ser Presidente. Ha imitado a su promotor encadenando los medios diariamente y anunciando ocurrencias que no se traducen en obras palpables. Entre cadena y cadena ha colocado al país como el más inflacionario del planeta promoviendo leyes que ahogan cada vez más la economía.
Su Gobierno de la eficiencia sigue paralizado mientras las divisas con una sola fuente de ingreso siguen engordando las cuentas bancarias de los «enchufados» y sus amigos. Ya se llevaron 60% de los ingresos en dólares y nada parece cambiar.
Con el país vuelto un caos, el señor Nicolás anuncia que hará una reestructuración total del Gobierno a fin de «optimizar su funcionamiento». Sus anuncios consisten en crear más medios de comunicación en los entes públicos y más burocracia.
Así pues nos vende como «novedosas» propuestas cómo crear una televisora para la FAN y otra para las «Comunas», cuyos mensajes con suerte serán atendidos por 0,05 % de la audiencia nacional.
Pero la fórmula de mantener vivo un Gobierno a punta de propaganda tiene sus días contados. Sobre la intensa campaña contra la corrupción, el estudio de opinión que hiciera el mismo Gobierno a través del Sistema Bolivariano de Información refleja que más de la mitad de los venezolanos consideran que tales acusaciones son «una estrategia del Gobierno para aparentar una lucha contra la corrupción».
Twitter: folivares10
Por Francisco Olivares
