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Orlando Viera Blanco: «Pónganme las esposas…»

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Orlando Viera Blanco: «Pónganme las esposas…»

A nadie le extrañó. Ni a chavistas ni a opositores. Leopoldo López fue condenado a estar en la cárcel hasta el 2029. Es decir, estará tras las rejas de Ramo Verde hasta pasados sus 57 años. Una sentencia que he dicho, no condena a Leopoldo López, sino a todo un país a seguir cargando con el pesado y cortante carruaje, del odio, la injusticia y la polarización.

 

 

Llegada las 9:30 p.m. (10-S), la Juez leyó su pliego motivado. La Jueza declaró responsabilidad plena de López en los 4 delitos imputados por el MP. También condenó a los estudiantes Cristian Holdack, Ángel González y Demián Martín. Holdack, fue penado a 10 años de prisión, y podrá cumplir su pena en libertad. González y Martín les fueron impuesta pena de 4 años y 6 meses de cárcel y por ser menor al límite que fija el COPP, también quedará bajo régimen de presentación. Pero López no contó con penas menores, ni con sustitutivas. La Juez consideró probados los delitos que le imputó el MP: asociación para delinquir, instigación pública y determinador en los delitos de incendio y daños, aunque la defensa sostuvo que «no hubo asociación, porque López y los estudiantes no se conocían hasta que se inició este proceso, y no eran miembros de una organización criminal; porque jamás se llamó a la violencia, y por cuanto la edificación del MP ni ardió, ni de los daños a las patrullas de la policía científica, fueron ejecutados por López». En resumidas, un fallo previsible, cuyo mensaje es: si protestas vas preso… A partir de ahí queda claro que López es un preso de conciencia por disentir, y cómo resume El País de España, la sentencia, «es una nueva muestra de que Venezuela es un país polarizado, donde la rabia y el odio conviven en fatal armonía… y una de las más duras que se barajaban antes de la vista final, que constata el largo proceso de deterioro de la justicia venezolana». Así nos ven. Así estamos.

 

 

Prueba de este arrebato que nos lleva a los venezolanos al filo de la división y la incultura, son los episodios que protagonizaron seguidores del chavismo, situados en la plaza Diego Ibarra, por decisión de la Sra. Farías, exjefe del Distrito Capital y candidata del PSUV. Milicianos rojos en las inmediaciones del Palacio de Justicia, que ante los brazos caídos de la GN y la PB, arremetieron a patadas, batazos e insultos a los activistas de VP. Por cierto una revisable asociación para delinquir e instigación a la violencia, contra de jóvenes, mujeres y viejos de VP, que dejó como saldo, un muerto por infarto (militante de VP, Sr. Horacio Blanco de 72 años, que había asistido a las 72 audiencias de López en los últimos 18 meses), más heridos y apaleados, como los largados a Manuela Bolívar, candidata de VP a la AN, cuyo estado de embarazo, no impidió el ultraje y la humillación.

 

 

Leopoldo López no regresó a casa. No abrazó -en libertad- a sus hijos y esposa; a sus padres, hermana, ni amigos. Tampoco saldrá -por ahora- a recorrer el país. Leopoldo la noche del 1O-S, regresó a una fría y aislada mazmorra, a cumplir una condena por pedir libertad por Venezuela… Chávez por insubordinarse estuvo año y medio en Yare. Un 95% de los homicidios en Venezuela quedan impunes. Y muchos de los que no, reciben penas ilusorias. Pero contra el enemigo político, el oficialismo exhibe cuánto le teme, por cuanto le reprime. López fue juzgado por gritar libertad a un Estado que no la garantiza. Libertad que tiene un significado muy profundo y sensible en la Venezuela de hoy. Libertad que no tolera el autoritarismo. Libertad invalidada por las carencias; por la escasez, la inseguridad, la desolación, la fatiga, la corrupción y la miseria. Libertad que es comer. Libertad que es paz. Libertad que es justicia. Libertad que es prosperidad. Libertad que es mérito. Libertad que son médicos y medicinas en los hospitales; maestros y pupitres en las escuelas, empresas y trabajo en la calle, dignidad y respeto en los estrados. Libertad que es tolerancia y pluralidad. Libertad en definitiva, que sufrimos todos-chavistas, ni-nis y oposición-por reprimir la convivencia y constreñir la vida misma. Por eso lucha López. Por eso lo condenaron. Por eso nos condenan a todos los venezolanos. A vivir en la anomia sin derecho a desterrarla. A no-disentir por una Venezuela libre y diferente. Ese el delito. Esa es la anomia…

 

 

López dijo, no tengo miedo. Pero yo a lo que sí le temo, es a la indiferencia ante la injusticia. Existe una línea muy fina entre la barbarie y la civilidad, cuyo pilar es la justicia. Y cuando la justicia no funciona por reprimir al que piensa diferente, quien no recibe obediencia, gobernabilidad y legitimidad, es el propio Estado. (Maurice Duverger. L’otre côté des choses/El otro lado de las cosas). «En las sociedades modernas, el derecho es uno de los instrumentos esenciales del poder» (ob.cit.). Luego, si no hay derecho, no hay poder. Y sin poder, prevalece la anarquía, no la ley.

 

 

López sentenció: «Con orgullo pónganme las esposas, porque estas esposas no me las quita el Gobierno, me las quita el pueblo». Pues nada. Esposados vamos todos… pero la historia, ya os absolvió.

 

 

vierablanco@gmail.com
@ovierablanco

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