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Olas y arrugas impredecibles

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Olas y arrugas impredecibles

 

La impertérrita e inexpresiva presidenta del Poder Electoral atrasó una semana dirigirse al país para reconocer que sí, que la oposición decía la verdad, y digan lo que quieran o quieran lo que dicen Rodríguez y Cabello, había logrado recabar, a pesar de los tormentos rojos y obstáculos oficialistas, el 1 % de firmas necesarias para que el CNE, pueda -deba, sería más apropiado- convocar a los ciudadanos a referendo revocatorio y comenzar la recolección del 20% -casi 4 millones de firmas- que no será problema en acopiar pero si un inconveniente para que sean aceptadas y confirmadas.

 

 

 

No obstante el disciplinado oficialismo no da puntada sin dedal, casi al mismo tiempo declaro el Coordinador de la Comisión ante el CNE, quien calificó al esfuerzo de la oposición de “enorme fraude”, y el otrora poderoso presidente de la AN, quien al menos fue sincero y directo al insistir -no es la primera vez- que no habrá revocatorio este año porque ya no hay tiempo, que es de lo que se trata el constante corrimiento de arruga.

 

 

 

El oficialismo –tonto engañarse- está dispuesto a lo que sea para evitar el revocatorio presidencial antes del 10 de enero 2017, porque para Maduro y, especialmente para el PSUV, es vital, es supervivencia, es refugio contra tribunales foráneos no obedientes, que una salida del Presidente se produzca cuando los lapsos constitucionales cambien y el relevo sea automático por el Vicepresidente previamente acordado, quien completaría el período. Si es que tal cosa finalmente es posible, nunca se sabe en la siempre enrevesada sorpresología venezolana. No falta quien diga que todo está pactado, bien negociado y que lo demás es pura parafernalia populachera.

 

 

 

Esa es la verdadera estrategia, no hay otra y cualquier situación distinta no prosperará cueste lo que cueste. Maduro vale su peso en oro -¡y hay que ver que pesa!- por ahora, como farfulló aquél; después del 10 de enero de 2017 no valdrá nada y lo indispensable que es hoy, ya no lo será. Como nunca lo fue antes y jamás volverá a ser. Dentro de lo patético de su desastre, vive -más bien resopla- sus minutos finitos de gloria.

 

 

 

Pacto o destino que les conviene a ellos, los maduristas que van quedado, lo cual no significa que una ciudadanía cada día más frustrada, decepcionada y arrecha -disculpen la expresión, pero “indignada” es poco-, sienta que ese retraso conviene, todo lo contrario. Es la rabia que militares y policías tratarán de aminorar, aunque no necesariamente lo conseguirán si, además, la estupidez socio-económica del Gobierno al cual Padrino y generales “reportan”, en vez de mejorar se profundizan por obra, tontería y sandez del madurismo.

 

 

 

Por otro lado los opositores, organizados o no en la MUD, mantienen sus propias condiciones. Podría pensarse que la oposición es torpe e ingenua -para muchos lo es- pero en realidad hacen lo que pueden dentro de su particular y concebido –errado para otros- esquema, desarrollan y aplican una estrategia de enfrentamiento basados en su experiencia política como en las normas constitucionales; que entre ellos haya divisiones es cosa diferente.

 

 

 

En democracia es inevitable que haya debates, colisiones, justamente lo que no hay en el madurismo cada vez más militarizado y sometido. Con una diferencia importante; en el campo democrático hay facilidades de movimiento, puede haber trompadas y magulladuras, pero se logra moverse; en el cultivo de bayonetas el que se menea se ensarta.

 

 

 

Un gran mérito seguir dando la pelea con la angustia de trabas, persecuciones, prisiones, injusticias y clarísimos, descarnados abusos de los poderes públicos que según la Constitución y principios democráticos universales son autónomos. Pero que para Maduro y cómplices cupulares son dependencias obedientes sin discusiones. Es digno de reconocimiento popular que la oposición en general en vez de desgonzarse se sostengan y, en la práctica actual, se fortalezcan, un presagio alarmante para el madurismo que por su parte en vez de mejorar, empeora y se reduce. Por eso analizan con mucha seriedad la necesidad más que conveniencia, inhabilitar a la MUD. Altísimo riesgo que en su terror, el oficialismo estará dispuesto a correr. Lo hará y será muy pronto.

 

 

 

Sorpresa –aunque no debieran- causan las declaraciones -siempre poco acertadas- del secretario general de la MUD, que dejan estupefacción porque son combustible para el psiquiatra y su grupo de sabotaje, pues Torrealba en un alarde de vocinglería convoca para una marcha el 1° de septiembre, si las damas del CNE no dan fecha cierta para recoger el 20% -si las señoras nos alegran- la jornada queda desconvocada. Lo malo es que además se lanza un comprometido reto advirtiendo a Maduro que se prepare para observar multitudes.

 

 

 

Alardes infelices e infortunados; para empezar, se le está dando chance al CNE de 3 semanas para que pongan término al cronograma, es decir, si tenían pensado hacerlo esta semana se aguantarán, una oportunidad en bandeja de plata que no puede despreciar quien esta arrugando para conseguir más tiempo. Pero increíble, las damas se envalentonaron, no se tomaron el tiempo que generosamente les obsequiaron y el martes 9 de agosto, por la calle del medio, presentaron un cronograma –aclarando- si no hay inconvenientes, que los habrá y si no, los inventaran- y se cumplen a cabalidad las normas, el revocatorio será para el primer trimestre de 2017. No se puede olvidar que aún hay acciones legales que están pendientes de decisión y pensar que serán a favor de la MUD es candidez irresponsable, si bien algunos empeñados continúan declarando que habrá revocatorio este año 2016. Hay mil razones para mentir pero hay mil razones más para decir la verdad.

 

 

 

Por otro lado, amenaza con la enormidad de la marcha como de manera luctuosa lo hizo Capriles con aquel famoso plebiscito. No aprenden a quedarse callados antes de declarar bolserías. La experiencia de las marchas en la MUD es nefasta y adversa, no llegan nunca donde se proponen, la asistencia es exigua y hasta ridícula. Con esa habladera de pendejadas se exponen a que el oficialismo realice campaña de intimidación y descrédito, desilusionando e incrementando la apatía entre los ciudadanos que quieren revocar al desconcertado Presidente. No se podría tener mejor oportunidad para recordar aquella real y célebre frase de “¿por qué no te callas?” o el refrán: en boca cerrada no entran maduristas.

 

 

 

La MUD debería reevaluar estrategias ante el evidente fracaso del revocatorio, que aunque no hay razones técnicas ni legales para que no se haga este 2016 si las hay políticas, especialmente la falta de voluntad política y, aún más, el pánico gubernamental de hacerlo. Llegó la hora para cambiar de estrategia, dedicar esfuerzos y estudios a opciones como la enmienda constitucional o la convocatoria a constituyente, por ejemplo, sin olvidar la presunta doble nacionalidad presidencial y aplicación del decreto Gramcko.

 

 

 

 

El Presidente y sus gerifaltes –“jefazos” de confianza y cómplices a plenitud-, en la esperanza de que el plisado pueda correrse indefinidamente, y que llevando un pasito para adelante y dos para atrás el diálogo con coordinadores de confianza y bien pagados, llegue hasta mediados de enero. Pues da la impresión de haberlo logrado, el CNE se pronunció y el pronóstico de Cabello parece realidad: “Maduro presentará su informe en la Asamblea, Henry Ramos no será presidente y Julio Borges estará en el sitial de honor”

 

 

 

 

Lo malo es que esa arruga empujada como una ola por el viento madurista puede llegar convertida en un tsunami. Y los tsunamis, -pregúntenle a los japoneses-, arrasan con todo. Definitivamente en este correr de marejadas, los valores éticos, morales, principios de decoro son fundamentales para el futuro desarrollo del país y, por supuesto, eliminando de raíz la hipocresía política, doble discurso y doble moral que tanto daño han hecho y seguirán haciendo si no lo extirpamos de inmediato.

 

 

 

Entretanto, Venezuela, chavismo, madurismo, MUD y ciudadanos seguimos surfeando sin saber cuándo la ola que poco a poco se vuelve grande, se convertirá en un tsunami.

 

 

Armando Martini Pietri

@ArmandoMartini

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