Nuncio, FAO, colaboracionismo y otras miserias morales
marzo 7, 2017 7:22 am

 

El Nuncio Apostólico Aldo Giordano es el embajador de la Santa sede en Venezuela y, como tal, el representante del Papa en Venezuela. Esa es su jerarquía. Su permanencia en Venezuela demuestra que el Papa está satisfecho con su actuación. Su presencia en actos oficiales y en suntuosas bodas de miembros de la narco-dictadura venezolana, gente que ha utilizado de manera inmoral su poder político para enriquecerse, es para mí prueba de que la postura papal frente a la tragedia venezolana ya no puede llamarse ambigua sino francamente colaboracionista. Ello me parece abominable.

 

 

No soy un diplomático y admito desconocer las reglas que conducen esta actividad. Pero si sé que ninguna actividad puede estructurar su propia moral. Sobre todo una actividad que se relaciona con el máximo líder espiritual del mundo católico. Confieso que no logro entender la colisión evidente entre lo que dicen y sienten los miembros de la Iglesia venezolana y la conducta del inmoral Nuncio Apostólico Aldo Giordano. Se podrá alegar que el personaje debía estar presente en una actividad oficial, cuando el narco-presidente, violando todas las reglas de la decencia democrática, asistió al tribunal Supremo de Justicia al presentar su remedo de cuentas, las cuales debían ser presentadas ante la Asamblea Nacional. Al validar este acto ilegítimo con su presencia el Nuncio Papal estaba validando la narco-dictadura. No hace falta ser un experto en diplomacia para darse cuenta de que debe haber una concordancia entre la representación diplomática y la decencia. Si ello no es posible, este Nuncio ha debido renunciar e irse del país o, al menos, “enfermarse”. Es indudable que fue ordenada su presencia, de otra manera ya lo hubiesen despedido de su cargo.

 

 

 

No contento con legitimar con su presencia en el TSJ una violación de principios morales que deberían ser sagrados, lo vemos posteriormente en la boda de un hijo de Calixto Ortega, funesto miembro de un Tribunal Supremo de Justicia que es un nido de hampones. No solo asiste a la suntuosa boda, la cual se celebra en un país de miseria, en el cual la gente come perros o basura, sino que se retrata muy orondo en compañía de pajarracos de la peor especie como José Vicente Rangel y Roy Chaderton y hasta firma como  testigo de la boda. Y esta noticia sale en paralelo con informes sobre un lujoso apartamento en Madrid, presuntamente puesto en venta por el personaje Ortega, el cual muestra un lujo poco “revolucionario”.

 

 

 

Para mí el Nuncio Apostólico Aldo Giordano es un vulgar colaboracionista de la narco-dictadura y, como tal, merece el repudio de todos los venezolanos decentes. Me entristece ver que la Iglesia venezolana, entre quienes hay mucha gente que admiro por su entereza, tenga que soportar esta situación humillante, la cual desdice de una institución que debe estar por encima de estas aberraciones de conducta. Este Señor Giordano debe ser objeto de la protesta de toda la Venezuela digna, debe ser acusado por todos quienes creen que la moral y la religión deben ir estrechamente enlazadas y no ser palabras huecas solamente buenas para el engaño.

 

 

 

Así como este personaje merece nuestro desprecio hay otros quienes no violan reglas espirituales como los que debería tener el Nuncio sino que, simplemente, son representantes en Venezuela de organizaciones corruptas como la FAO. Esta organización ha mentido repetidamente hace años sobre la situación alimentaria de Venezuela y está plegada a la narco-dictadura, de forma tal que su representante en Caracas, Marcelo Resende, casi parece ser un miembro más  del gabinete madurista, por sus repetidas  e indecentes loas al régimen (reportadas por mí a las FAO en Roma, en cartas sin respuestas). Un estudio de CARITAS h puesto al descubierto este fraude de la FAO en Venezuela y un comunicado de diversas organizaciones universitarias y de investigación venezolanas pone revela las omisiones y complicidades de las FAO en Venezuela. El Comunicado dice así ( abreviado):

 

 

 

Informe de la FAO omitió información sobre la crisis venezolana

 

 

 

Organizaciones emiten un comunicado en respuesta al reciente informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), sobre el panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe en 2016.

 

 

 

Caracas, febrero 2017.- El Observatorio Venezolano de la Salud (OVS), el Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES) de la Universidad Central de Venezuela, la Fundación Bengoa para la Alimentación y Nutrición, la Fundación 5 al día, el Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Venezuela y el Centro de Investigaciones Agro-Alimentarias de la Universidad de Los Andes (CIAAL), en conjunto con varias organizaciones, han decidido pronunciarse ante el más reciente informe publicado por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), denominado “Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional: Sistemas alimentarios sostenibles para poner fin al hambre y la malnutrición. América Latina y el Caribe, 2016”, en virtud de la ausencia de información importante, real y verídica, sobre la situación alimentaria de Venezuela….. el deterioro de la situación alimentaria, nutricional y de salud en Venezuela se ha profundizado durante el último trienio 2014-2016, cuando los indicadores de alimentación, nutrición y salud han exhibido cifras nunca antes vistas en Venezuela, con el surgimiento de fenómenos que expresan situaciones extremas de inseguridad alimentaria y hambre en toda la población, en especial en los grupos vulnerables… Además de omitir información, el informe de la FAO incluye cifras desactualizadas sobre Venezuela. En el caso de las tasas de mortalidad materna, en menores de 5 años y neonatal de Venezuela, estas solo aparecen representadas a través de gráficos. No fueron tomados en cuenta los datos oficiales de la propia Memoria y Cuenta del Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS), presentada en 2015 ante la Asamblea Nacional, que muestra cifras alarmantes en el aumento del porcentaje de mortalidad materna, que fue 5,5 veces más alto que el valor registrado en el año 2012. Además, es importante resaltar que la tasa de mortalidad neonatal reportada en este informe de la FAO no coincide con los resultados presentados por el MPPS en su Memoria y Cuenta 2015, que muestran un exorbitante aumento 100 veces mayor al porcentaje de muertes neonatales/nacimientos vivos registrados con respecto a 2012. Con respecto a la disponibilidad de alimentos entre 2014 y 2015, el Informe no ofrece ningún análisis ante la gran diferencia, por defecto, que presenta Venezuela respecto a otros países en la cifra de importación de alimentos. No debe olvidarse que tanto las importaciones como exportaciones de alimentos en Venezuela registraron una importante reducción, acompañada de la disminución de la producción nacional de alimentos. Y en cuanto a la disponibilidad por grupos de alimentos correspondiente a las distintas regiones del mundo y de América Latina y el Caribe (expresadas en gramos/persona/día), en el Informe de la FAO llama la atención que la información incluida corresponde a los años 2009, 2010 y 2011, período en el cual la situación en Venezuela era completamente distinta… No alertar acerca de la situación alimentaria y nutricional venezolana actual podría ser considerado como una violación al mandato “Derechos Humanos en Primer Lugar”, cuando el personal en terreno local de las agencias del Sistema de Naciones Unidas no reporta a sus respectivas sedes la verdadera situación de la población (en este caso, la venezolana).

 

 

Para redondear este torneo de indignidades se celebra actualmente en Caracas una pomposa “celebración” del sátrapa venezolano fallecido, Hugo Chávez, a la cual han sido invitados y transportados en aviones del narco-régimen, hasta 200 personas de los países del ALBA, parásitos que han sido alimentados por los ingresos petroleros venezolanos, mientras el pueblo venezolano pasa hambre y sus ciudadanos son apresados, perseguidos y estigmatizados por su vocación democrática. Este podrido y cursi espectáculo se lleva a cabo frente a los ojos de una oposición    silenciosa y deshilachada. Esta situación debe dar paso a una resistencia decidida, la cual debe ser liderada por venezolanos íntegros, no por los colaboracionistas e hipócritas políticos tradicionales quienes continúan hablando de negociar con la narco-dictadura. Hasta cuando llaman estos señores a negociar y en nombre de que ética ciudadana pueden justificarse tales negociaciones?

 

 

 

Realmente esta situación es insoportable y requiere una reacción de la Venezuela digna.

 

 

 

¿En nombre de que decencia puede justificarse esta confabulación de cobardes en contra de la libertad y de la democracia venezolana?

 

 

Gustavo Coronel