El Fuerte Tiuna es el complejo militar más importante de Venezuela. En él se encuentra la sede del Ministerio de la Defensa, EFOFAC, La Comandancia General del Ejército, las Academias Militares del Ejército, Polígono de tiro, estadio de beisbol y el Círculo Militar, el club de los humildes.
En ese Fuerte se está construyendo Ciudad Tiuna, un complejo habitacional de 13 mil viviendas supuestamente para damnificados que tienen más de 10 años en refugios. No se sabe la fecha exacta de la entrega total de esta ciudad ya que constantemente cambian.
La pérdida o extravío de recursos es notoria, nadie dice nada, nadie investiga nada. Los trabajadores se quejan de las malas condiciones laborales: no hay duchas ni comedor, no hay baños ni barracas donde vestirse y ni siquiera tienen un microondas para calentar la comida. La inestabilidad es tal, que a los trabajadores se les emplea con contratos de uno o dos meses y no se les permite formar sindicatos.
Los rusos primero y los chinos después, han tenido la responsabilidad de la construcción de esta cuidad.
Lo último que se comenta allí adentro es, que aparentemente, las leyes chinas son las que se aplican en dicho complejo. La Lopcymat, el Seniat, Indepabis, el Sumat e Inspectoría del Trabajo, brillan por su ausencia. Territorio chino y la esclavitud para con los trabajadores y obreros es lo hay en el Fuerte… y pensar que allí cohabitan los soldados de la Patria. El Fuerte está tomado, o entregado, sin disparar un tiro. ¿Qué tal?
Todo esto lo comento porque el Comandante General del Ejército, Carlos Alcalá Cordones, dijo este martes durante los actos conmemorativos del 192 aniversario de la Batalla de Carabobo, que el expresidente Hugo Chávez «liberó a Venezuela de las ataduras imperialistas y de la terrible pobreza». ¿Sí? ¿Y el gobierno chino no dice que ellos son un imperio?, que esclaviza, ciertamente, pero imperio al fin. ¿Y los rusos no han tenido siempre vocación imperialista y la ejercen ahora en Venezuela?
La pobreza, Alcalá Cordones, está presente como nunca antes en este país -rico supuestamente gracias al petróleo- pero los dólares que produce el llamado oro negro, entran por la mitad, la mitad de esa mitad se los cogen, y el resto no alcanza. Ni pollo ni papel toilette hay… y dice usted que el finado nos liberó del imperialismo y la pobreza.
No sé desde cuándo no se pasea usted por las inmensas barriadas y urbanizaciones populares de Venezuela para que vea cómo los churupos no le alcanzan a nadie… La inflación, Alcalá, ha vuelto sal y agua los mermados salarios de los trabajadores. ¿Puede usted negarme esa realidad? No sé cuánto gana usted y mucho menos si el desastre económico imperante desde hace 14 años, le afecta.
Los brasileros andan de protesta en protesta por el mal funcionamiento del transporte público, que de paso fue aumentado y, por la mala calidad de la prestación de servicios de salud en los hospitales. Es tan caótica la situación, que en el país del fútbol, a su gente no le importa el mundial…lo que quieren es calidad de vida.
Los brasileros tienen como lema de lucha «Nosotros queremos cambiar a Brasil», acuñemos esa frase y gritemos al unísono: «Nosotros queremos cambiar a Venezuela».
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Por Nitu Pérez Osuna
