No es en los dedos
septiembre 3, 2014 10:20 am

La ocurrencia es una libreta de racionamiento a la cubana, inconstitucional, de alta tecnología y, de paso, costosa

 

Buscan donde no es. Los productos que escasean no están en los dedos de las venezolanas y los venezolanos que los necesitan. Es verdad lo que ha dicho el vocero de Ansa, la captahuellas “no hará aparecer los productos básicos”. Alguna trampa espontánea u organizada obstaculizará, pero solo es un racionamiento de la escasez, no un ataque de fondo a sus causas. La verdad pura y dura es que hay que producir más. Eso se disimulaba con importaciones baratas y oportunas, como lo promovió el Gobierno hasta que el gasto desordenado y excesivo, el endeudamiento y la corrupción le mermaron los dólares.

 

La ocurrencia es una libreta de racionamiento a la cubana, inconstitucional, de alta tecnología y, de paso, costosa. Ahora resulta que el culpable es el consumidor que paga todo caro, que no consigue lo que necesita y que cuando ve un producto de los escasos lleva el máximo que le vendan porque no sabe cuándo volverá.

 

Por Táchira pasé hace poco y sentí la tensión casi de guerra, el despliegue militar, el nerviosismo de la gente común para pasar la frontera antes del cierre. Allá dicen que las medidas “monopolizan” el contrabando. Si a través del Sistema Integral de Control Agroalimentario el Gobierno tiene conocimiento de cada kilo de productos y materias primas, así como de insumos que se moviliza por el territorio nacional, ¿cómo es que pueda contrabandearse hasta causar 40% de la escasez? Ese contrabando no es mecánico, es eléctrico. Necesita enchufe.

 

Los venezolanos van a Cúcuta a comprar medicamentos que aquí no se consiguen. En el Táchira, la escasez de medicinas es de 60%. ¿Cómo explica el Gobierno eso?

 

En la inflación, los factores de mayor impacto son el enorme y desordenado gasto público con déficit fiscal desde 2012, la moneda devaluada y la brecha entre el cambio oficial y el otro, el encarecimiento de los bienes importados, la alta proporción de dinero inorgánico que circula y que la oferta está por debajo de la demanda. En la frontera habría menos contrabando si hubiera más empleo, y habría más empleo si la economía funcionara. Escasez, precios altos, especulación y contrabando son producto de 15 años de equivocaciones en política económica. De toda esa tupida maraña de discursos, declaraciones, invasiones, expropiaciones, amenazas, abusos, atropellos, además de regulaciones y sobrerregulaciones establecidas en 347 leyes, de las cuales 176 han sido decretadas vía habilitante.

 

Allí, y no en las huellas dactilares de los venezolanos, hay que buscar, y corregir, los problemas.

 

 Ramón Guillermo Aveledo

rgaveledounidad@gmail.com