Mujeres
julio 1, 2015 5:18 am

Estoy de acuerdo, hacen falta más mujeres en los niveles de decisión pública. En los altos niveles de la política hay menos presencia que en otros ámbitos de la vida social venezolana, aunque en casi todos es minoritaria

 
Estoy de acuerdo, hacen falta más mujeres en los niveles de decisión pública. En los altos niveles de la política hay menos presencia que en otros ámbitos de la vida social venezolana, aunque en casi todos es minoritaria. Lo serio, lo verdaderamente comprometido, es ir allí donde nacen las desigualdades. Necesitamos más democracia y cultura de inclusión en el seno de los partidos y agendas políticas que tengan en cuenta la perspectiva de género, también abordar los conflictos entre la vida laboral y la familiar, superar los estereotipos de género, promover el financiamiento para las candidaturas de mujeres y darle un parao a la violencia política y la discriminación de género.

 

 

No sé si las cuotas en las nominaciones sean un camino adecuado, pero asumámoslo constructivamente con el deseo de que funcione. Lástima que el momento de la decisión y su anuncio sea demasiado sospechoso a maniobra oportunista. Silencio cuando se escondía la fecha electoral. Ni una palabra en las primarias, cuando hubo postulaciones y justo al día siguiente de la conclusión del trabajoso proceso de los acuerdos en la Unidad. Qué raro. No se les había ocurrido para concejales ni para legisladores regionales. Es precisamente ahora. Justo cuando se busca sumar obstáculos a lo que parece la mejor oportunidad de cambiar las cosas.

 

 

Lástima, sobre todo, que ese feminismo que a su conveniencia muestran no haya estado presente para impedir las colas que hacen millones de mujeres cada día, a ver si consiguen comprar comida o medicinas que escasean y que tienen unos precios inalcanzables. Cosas comunes y corrientes, y de uso ineludible, como pañales, o papel tualé o toallas sanitarias. Escasez e inflación nacidas de los errores cometidos, las omisiones, la superstición. Eso, se nota, no les importa tanto.

 

 

Y no se diga la violencia. La que sufren personalmente las mujeres, y la angustia o el dolor por los hijos, los esposos, los novios, los hermanos. ¿O no han visto a las mujeres a la puerta de la morgue esperando su cadáver, en el llanto inacabable de esta matazón?

 

 

Ese afecto por la mujer venezolana. Ese deseo de promoverla que proclaman. No se ve por todo eso. Y no me vengan con las señoras en altos cargos, lo cual quizás sea la peor de todas las afrentas, porque ponerlas al servicio sumiso del machismo de Estado, del mandoneo arbitrario, es un acto de violencia contra la mujer.

 

 

Ranón Guillermo Aveledo

@aveledounidad
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