La semana pasada hablamos de lo crucial que es el juego limpio para resolver la complicada crisis venezolana
La semana pasada hablamos de lo crucial que es el juego limpio para resolver la complicada crisis venezolana. Recientemente, la realidad nos muestra otras dos pruebas de la necesidad de una misión electoral internacional verdadera, que no se quede en la foto en las mesas el día comicial, para que el voto libre y justo tenga una oportunidad.
La Cancillería ha enviado a las embajadas extranjeras acreditadas en el país el mismo memorándum interno que ha remitido a nuestras misiones afuera. Un análisis tendencioso, psuvista, de la primaria unitaria del 17 de mayo, que evidencia la confusión entre partido y Estado que es propia de sistemas como el comunista y el nazifascista, así como el uso de recursos públicos contra la oposición democrática, y el manejo de información que, para ese momento, solo el CNE y la MUD disponían, y cuyo uso el Poder Electoral no ha protestado. Además, el documento manipula la presencia de una “misión técnica” de Unasur al hacer creer que esta organización avala la versión oficialista.
En otro documento, el presidente del TSE de Brasil se queja ante su colega del Consejo Electoral de Unasur, precisamente por las condiciones en que fue realizada dicha misión, sin orientación ni apoyo técnico, y sorprendido porque ese acompañamiento “no había sido objeto de algún entendimiento previo” entre Unasur y la MUD. Por todo lo cual el ministro Dias Toffoli, quien copia su comunicación a la Unidad, espera que “futuras misiones sean realizadas en estricta consonancia con el estatuto y las normas y reglamentos”.
Participar de la estrategia de desanimar electores descontentos, desconvocar ilegalmente elecciones de Parlatino, negar oportunidad a Marea Socialista y a Vente, esconder la fecha comicial, y para colmo cooperar descaradamente con la propaganda del partido gobernante, como en el caso de las firmas y el abusivo memo de la ministra, son síntomas de una parcialización sin disimulo que amerita una misión electoral internacional verdadera, eficaz. Nada que ver con la última vez, cuando la encabezada por un político argentino se limitó a venir para el acto de votación, saludar la bandera recibiéndonos un rato, y ofrecer una adulatoria rueda de prensa en Miraflores al lado del Presidente-candidato. ¿Cuál es la utilidad real de eso? Unasur y su secretario general están a prueba. Pueden y deben contar con apoyo de la ONU, la OEA, y hasta de la Unión Europea. La situación venezolana lo amerita.
Ramón Guillermo Aveledo
