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Martin Luther King

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Martin Luther King

Cuarenta y ocho años se cumplieron el lunes de esta semana de la muerte del Reverendo Martin Luther King. Muerte violenta para quien tenazmente predicó y practicó la paz, pues fue asesinado cuando andaba de gira en la musical ciudad de Memphis, Tennessee. Para los venezolanos de siempre, pero sobre todo para los de esta hora angustiada y para los más jóvenes, cuya esperanza es la médula de la esperanza nuestra, es útil recordar el ejemplo de este hombre trascendente, cuya memoria es conmemorada cada enero por sus compatriotas en un día feriado federal.

 

 

 

Orador poderoso por la fuerza de su mensaje y la sabiduría en la arquitectura de palabras, pausas y énfasis, es del Doctor King un consejo tan certero como “Si no puedes volar, corre. Si no puedes correr, camina. Si no puedes caminar, gatea. Pero, hagas lo que hagas, siempre sigue adelante.” Llegar a la meta no siempre es cuestión de velocidad, sino de saber a dónde vas y perseverar, sin apurarte más de lo que puedes pero sin detenerte.

 

 

 
Nacido en Atlanta, Georgia, el Sur de los Estados Unidos, todavía entonces reino del racismo y la segregación, fue el escenario principal de su lucha incansable. Bien formado en Morehouse (B.A. en Sociología) y en el Seminario Crozer de Pensilvania (B.A. en Teología), y el Doctorado en la Universidad de Boston, el hijo de pastores asume a los 29 años de edad una congregación bautista en Montgomery, Alabama. Allí será el primer acto noticioso en su lucha por la igualdad. En 1955, luego del arresto de Rosa Parks por violar la ley al no ceder su asiento en un autobús a un hombre de raza blanca. King promovió, con ayuda del también pastor Ralph Abenarthy y del activista Edgar Nixon el boicot a los autobuses de la ciudad que duró más de un año, organizó un sistema de viajes compartidos o logró que miles de personas se trasladaran a pié a sus trabajos, caminando a veces varias millas. Su casa fue atacada con bombas incendiarias y tuvo que soportar las agresiones animadas por la intolerancia y el extremismo, como el intento de apuñalarlo en Harlem en 1956, pero nunca se desvió de su estrategia pacífica.

 

 

 

“La cobardía pregunta ¿Es seguro? La conveniencia pregunta ¿Es político? La vanidad pregunta ¿Es popular? Pero la conciencia pregunta si es correcto. Y llega el momento de tomar una posición que no es segura, ni política, ni popular, pero uno debe tomarla porque es lo correcto”, es la reflexión de quien fue a la cárcel en Albany, Georgia y otra vez en Birmingham, Alabama. Encabezó la “Marcha a Washington por el Trabajo y la Libertad, en cuya clausura pronunció su célebre discurso “Yo tuve un sueño”. La convocatoria fue criticada por el radicalismo que la tachó de blanda, conciliadora, “come flor” se diría hoy en día. Y en 1964 llegarían la Ley de Derechos Civiles y el Premio Nobel de la Paz pero ambos triunfos personales no implicaron su retiro. La marcha de Selma, inmortalizada en la famosa película, es un hito en la lucha por los derechos civiles, continuada en contra de la guerra en Vietnam y las marchas contra la pobreza. Hasta que fue asesinado el 4 de abril de 1968.

 

 

 

El servicio a sus semejantes era para King, la medida de la utilidad de su existencia. El, siempre atinado al escoger las mejores palabras, lo dijo así: “Si ayudé a una sola persona a tener esperanza, no he vivido en vano”.

 

 

 

Ramón Guillermo Aveledo

 

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