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Maduro y el club de los chulos

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Maduro y el club de los chulos

El presidente Nicolás Maduro ha tomado un camino del cual es muy difícil regresar. El cerco informativo no ha podido esconder la realidad de lo ocurrido en cinco semanas de represión que lo colocan en la lista negra de jefes de Estado, que violan los principios democráticos, la institucionalidad y arremeten contra su pueblo para mantener la paz a punta de fusil.

 

El nombre de Maduro, resuena en la OEA, en organismos internacionales de DDHH, en la voz de figuras de la política, del arte o de la religión. Ya no para reconocerlo como un estadista, que sería mucho aspirar para los venezolanos, sino para advertir sobre su peligrosa conducción.

 

En nombre de una ideología que se esconde en un supuesto amor hacia los excluidos, se persigue, se asesina, se reprime, se ahoga económicamente a sus ciudadanos y se les condena a depender de la dádiva gubernamental.

 

Con ese propósito de ha utilizado a la FAN, mal llamada «Bolivariana». Tarea ésta que se complementa con la alianza siniestra con bandas armadas utilizadas para el control social, la vigilancia de la población, la represión armada y el delinquir con impunidad como compensación.

 

Estas bandas, convocadas por el Presidente para acabar con las protestas, sus tareas se han extendido a arremeter contra las universidades autónomas a las que tienen sitiadas, tal como ocurrió con el ataque a la Facultad de Arquitectura de la UCV y otras universidades del país.

 

La misión ha sido cumplida. Además de los fallecidos, cerca de 2 mil jóvenes y hasta menores de edad han sido llevados ilegalmente a guarniciones de la GNB, golpeados, torturados y amenazados con violación.

 

El Presidente se burla y festeja el haber puesto preso a dos alcaldes saltándose la Constitución mientras anuncia que la lista seguirá engordando.

 

Al parecer Maduro perdió la vergüenza de ser calificado como un «dictador represor» por el mundo democrático. Su gobierno se refugia en los aliados incondicionales, que votan en bloque como ocurrió en la OEA, para evitar que María Corina Machado hablase en nombre de las víctimas de la represión. La prioridad de estos países son los negocios con el petróleo venezolano, en el que, 17 países del club reciben de Venezuela 43% de la energía que consumen. Por eso han creado nuevos organismos que no representan a sus pueblos sino los intereses de sus mandatarios, a través de los cuales se protegen mutuamente. Es algo que la futura democracia venezolana habrá de tomar en cuenta.

 

La tarea de llevar al país hacia una senda democrática no va a ser fácil y poco habrán de contar con los organismos internacionales contaminados por los petrodólares venezolanos.

 

@folivares10

Por Francisco Olivares

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