La torre de los chinos
julio 26, 2014 7:10 am

Hace dos años, en el mes de agosto, en el marco de la Bienal de Aquitectura de Venecia, La Torre de David fue reconocida con El León de Oro. Recuerdo unas declaraciones de Alfredo Brillenbourg diciendo: “No se premió a una ocupación, se premio a las transformaciones que esas personas realizaron en la edificación, se premió el hecho de que consiguieran energía en un edificio que se suponía ya no servía para nada. Que se construyera un tanque de agua, hicieran jardines hidropónicos y crearan instalaciones sanitarias. Se reconocieron los dibujos que nosotros hicimos de todas esas prácticas.”.

 

En su momento muchos consideraron que era una burla darle un premio de arquitectura a ese caos que es la Torre de David. Lo cierto es que esta torre se convirtió en algo así como el gran emblema de lo que ha sido este régimen de la revolución chavista. Luego, en la serie muy popular en Estados Unidos, Homeland, un individuo que huye termina refugiado en la Torre de David. Y ella también fue el centro de un extraordinario reportaje que hizo Jon Lee Anderson para la revista The New Yorker. De manera pues, que cuando hablamos de la Torre de David estamos hablando de un caos de fama planetaria, del barrio vertical más grande mundo.

 

¿Por qué es noticia hoy La Torre de David? Pues porque el gobierno parece que se acordó de que es gobierno y decidió poner orden en el tema y han empezado a desalojar la torre en cuestión. En El Universal hay fotografías harto elocuentes de lo que ha sido este desalojo. La de Fernando Sánchez es dramática, igual la que está en la portada de Últimas Noticias.

 

Leo en El Universal:

 

Tras 7 años de ocupación comenzó la noche del pasado lunes el desalojo de la Torre de David, calificada como el mayor barrio vertical de Venezuela. El traslado de las persona a desarrollos de la Misión Vivienda empezó a negociarse desde hace dos meses, según lo destacó el Ministro para la Transformación de Caracas, Ernesto Villegas. La prioridad son las familias con niños. 1.156 familias, 4.438 personas en total llegaron a ocupar la Torre cuyo desalojo comenzó ayer.

 

160 familias serán llevadas en una primera etapa a ciudad Zamora, desarrollo de Misión Vivienda en Cúa. 100.00 bolívares llegaron a costar los últimos espacios negociados en la llamada Torre de David. ¿Cuándo decimos “espacio”, de qué tamaño será este por el cual se llegaron a pagar 100.00 bolívares?

 

Ahora, ¿qué hay detrás de esto? Según El Nuevo País: “Xi Jinping toma la Torre de David”. El súbito desalojo del famoso edificio invadido en Caracas, se debería a su compra por parte del gobierno Chino. Y Últimas Noticias nos dice: “Al Sambil le sale rescate”. El centro comercial ubicado en La Candelaria todavía sirve de refugio a 500 familias.

 

Recordarán ustedes que la expropiación del Sambil y su conversión en un centro para que fuese invadido, fue un capricho directo de Hugo Chávez, que obsecuentemente llevó adelante Jorge Rodríguez. Ahora bien, en Últimas Noticias, Ernesto Villegas, Ministro para la Transformación de Caracas, dice que: “El Sambil será incorporado al mismo conjunto urbano de la torre Confinanzas”¿Forma parte esto del paquete chino? Según Villegas: “Es falso que los chinos hayan comprando esto. Eso es un cuento chino”. Usted sabrá si creerle o no. Pero lo cierto es que con ciertos altos personeros del régimen ocurre que cuando dicen algo, uno empieza a pensar exactamente lo contrario.

 

Y no sólo sirve Villegas como ejemplo, también pongo a su consideración estas declaraciones del Canciller Elías Jaua, quien se lleva el gran titular de hoy en el Correo del Orinoco: “En Venezuela no va a haber un programa de ajuste económico tipo paquetazo. Nadie piense que puede aplicarse en Venezuela un paquete de ajustes, La gran apuesta es por incentivar la economía productiva, para ello el sector privado nacional tiene que romper sus esquemas rentísticos y actuar como capitalistas para producir con audacia”.

 

¿Cómo se interpreta esto? En definitiva, estimado lector, tome usted sus previsiones.

 

Cesar Miguel Rondón