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¡La estupidez, estúpido!

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¡La estupidez, estúpido!

En su excelente libro «La Inteligencia Fracasada: Teoría y Práctica de la Estupidez», el español José Antonio Marina sostiene que las bases de la estupidez son el prejuicio, el dogmatismo, el fanatismo y la superstición. Yo añadiría la soberbia, porque la soberbia hace que la gente cometa muchas estupideces. Hace unos días lo comentaba con un amigo a quien se lo recomendé y él me sugirió añadir otra: la frustración. «Nadie es más estúpido que un frustrado que decide salir a la calle», me dijo.

 

Lo traigo a colación porque una de las estupideces más grandes que he visto en los últimos tiempos la protagonizó el presidente de Ecuador, Rafael Correa -un frustrado que decidió salir a la calle- cuando decidió renunciar a las preferencias arancelarias que le había otorgado a su país Estados Unidos, para darle asilo a un traidor. «Si por nuestra posición, por mi posición honesta y soberana, hay retaliaciones que perjudiquen a mi pueblo, no tengo ningún problema en hacerme a un costado, mi cargo siempre estará a disposición de mis mandantes, ustedes, el pueblo ecuatoriano», dijo.

 

Pues ojalá que los ecuatorianos decidan «hacerlo a un lado». Porque la suya no es una posición honesta ni soberana. Nadie -por más presidente que sea- debería poner en riesgo el bienestar de su país para beneficiar a un delincuente. Porque Edward Snowden es un delincuente. Y además traidor. Y un traidor no le guarda lealtad a nadie. El problema es que aunque los ecuatorianos decidieran hacer a Correa a un lado, el daño ya estaría hecho.

 

Como siempre, salió el corito de ñángaras a apoyar la estupidez. El primero fue Nicolás Maduro, quien en cadena nacional manifestó su solidaridad no solo a Correa, sino también a Snowden. Paradójico que el gobierno espía se queje de que otros países espíen… Pero ya estamos acostumbrados a las contradicciones. El «valiente joven», «expresión de la rebelión de la verdad» merece -Maduro dixit- «asilo humanitario». La Madre Teresa de Calcuta rediviva. Por supuesto, invocó a Chávez (cuándo no), calificó de «valiente» a Correa, le ofreció apoyo… Bravuconadas. A que no se atreve a decirle a EEUU que no le vendemos más petróleo…

 

Mejor ni lo digo, porque de pronto hasta lo hace y nos dice «pero tenemos patria»… Como decía Einstein, lo único infinito es la estupidez humana.

 

@cjaimesb

Por Carolina Jaimes Branger

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