La culpa es del modelo
agosto 21, 2014 7:34 am

El diario Panorama en la ciudad de Maracaibo trae un curiosísimo titular en su primera página: “El bachaqueo golpea ‘la belleza’ de las zulianas. Afirman que no consiguen tintes, acetonas, labiales, ni compactos. Hasta 600 bolívares cobran por un litro de quita esmalte. Mujeres esperan que productos reaparezcan pronto en los negocios”.

 

Veamos cómo se va manipulando la información. Resulta que el bachaqueo es el que golpea la belleza de las zulianas y por su culpa no hay acetona. Nuestra productora Lila Vanorio, tan pronto leímos el titular acotó, como mujer coqueta que es, que en Caracas estamos lejos de la frontera y acá tampoco hay acetona, ni tintes ni nada de eso.

 

De manera que el problema no está en el bachaqueo. El problema está, como decían los destacados economistas Tamara Herrera y Asdrúbal Oliveros, en el modelo. El gobierno dice, estamos investigando a unos corruptos que estaban inmersos en delitos cambiarios, las cifras en el mal manejo de las divisas ascienden a tanto. Pero no, cualquier cifra que se diga con relación a esto es nimia comparada con lo que realmente está de fondo.

 

El modelo se hizo para delinquir, el modelo se hizo para que los corruptos montasen su fiesta. La culpa está en el modelo. El modelo que a pies juntillas defiende el gobierno. Recordaran ustedes a Rafael Ramírez, aquella noche primera y única del diálogo televisado, cuando dijo a los dirigentes opositores y al país que era un modelo perfecto, que era un modelo que no tenía problemas, que era un modelo que arrojaba cifras maravillosas, que era un modelo con el cual ellos estaban felices. Pues resulta que es el mismo modelo que ahora nos trae a estas circunstancias infelices y realmente dramáticas que vivimos hoy.

 

Con relación al cierre de la frontera, el bachaqueo, el contrabando y todo lo demás, es altamente recomendable el trabajo “¿Por qué el cierre de la Frontera no detendrá el contrabando de gasolina?”,de Sinar Alvarado, publicado en Provadinci. El periodista, conocedor a fondo de la situación, nos explica por qué este cierre de la frontera no va a ningún lado y todo lo que se destaca como logros -las cifras que asoma el general Vladimir Padrino López como si fueran trofeos de batalla, en medio de una guerra más de este gobierno militar que se vive inventando guerritas de fantasías- son también resultados nimios ante la verdadera dimensión de lo que está ocurriendo.

 

Ya lo apuntó el economista Oliveros, mientras de este lado de la frontera algo valga 10 y del otro lado valga 100, allí usted no podrá hacer nada. El detalle está en que de este lado de la frontera la economía funcione de una manera sana, próspera, productiva y competitiva.

 

Dice hoy el diario 2001 en su primera página: “La calidad de vida palo abajo. Bolsillos se vacían más rápido que hace un año. Una arepa pasó de 40 a 80 bolívares en doce meses. Colas, escasez, aumento de pasajes a sitios como Margarita y al exterior se suman al deterioro”.

 

Y para remate dice El Nuevo País en su gran titular: “Según José Vicente Rangel, aumentar la gasolina se torna cuesta arriba. Según Hinterlaces, la encuestadora pro-gobierno, 53% de la población rechaza el incremento del combustible vital para el paquetazo de Nicolás Maduro”.

 

Con lo cual, la situación hace aguas y Maduro, en el largo mientras tanto, no tiene ni el coraje ni el liderazgo político para enfrentar la eventual solución que lo saque de la tragedia.

 

César Miguel Rondón