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La autocrítica roja

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La autocrítica roja

Amigo lector, hoy esta columna no es de mi autoría, es una recopilación de párrafos de varios articulistas de aporrea.org, que me parece importante resaltar.

 

El revolucionario, Rafael Ramírez Olmos, escribe este lunes en Aporrea.com lo siguiente: «en mis análisis sobre las elecciones, siempre dije que si ganábamos Caracas, Maracaibo en Zulia, Petare y Chacao en Miranda, podíamos perder muchas alcaldías en todo el país porque no tenían mayor significación política. No obstante, no solo no recuperamos ninguna, sino con un agravante mucho mayor: perdimos Valencia, Iribarren, Maturín, y Heres.

 

Pero si preguntamos sobre la joya de la corona, la cuna del Arañero de Sabaneta, el pueblo que vio nacer al líder de este proceso, tenemos que decir que es imperdonable. Más incluso que todas las demás juntas. No porque Barinas tenga mucho peso desde el punto de vista político-económico, sino por el valor simbólico que tiene para este proceso una ciudad donde todos deberían ser chavistas, y resulta que la mayoría es escuálida, aunque su gobernador sea el hermano de Hugo.

 

Es decir, estos resultados electorales son, ni más ni menos, una aplastante derrota. Por todo el cañón. Aplastante porque esos triunfos tienen una alta significación en el devenir no muy lejano. No existe causa sin efecto».

 

Otro articulista del proceso, Neri La Cruz, escribe en relación a las alcaldías de Maracaibo y Caracas lo siguiente: «unas firmes esperanzas sembradas en la simpatía de Ernesto Villegas y la juventud de Pérez Pirela, quedaron estrelladas en la discreta realidad de una ventaja electoral que no se pudo remontar. Hasta hace unos poquitos días nomás, José Vicente Rangel en su programa dominical hacía pública unas encuestas que ponían a ambos candidatos con claras ventajas sobre sus oponentes…

 

…Las incursiones electorales del candidato de la revolución en Maracaibo, ostensiblemente apuntaladas por el gobernador del Zulia, parecían constituirse en un efecto de retruque que el pueblo marabino no pudo digerir con la simpatía que la revolución requería… El querer hacer cosas que de hecho y derecho le correspondían a la alcaldesa lo vio el pueblo maracucho como una forma de mal poner a la esposa de Rosales quitándole una autoridad que Arias Cárdenas desde hacía tiempo le negaba a la Trejo.

 

Más o menos lo mismo ocurrió en Petare con el Potro ante las acometidas de Jaua, que al final selló el quiebre electoral de Villegas en la Gran Caracas. Esa postura evangelizadora de Ernesto no convenció. Y sin mayores combates que una sonrisa abierta de triunfalismo advertido a un conglomerado político de los más radicales del país no produjo mayores resultados que la ventaja de Ledezma en la Alcaldía Mayor. La revolución, entonces debe tomar nota de la enseñanza que sugiere, que el abuso de las audacias políticas en tiempos electorales convierte en víctima a sus propios actores».

 

Término esta recopilación con el historiador Freddy Kamel Eljuri, quien da una clarinada a sus camaradas: «resultados de los comicios municipales del 8 de diciembre, fueron pitazo de alerta para quienes, cegados por la ebriedad triunfalista, creen que todo lo que brilla es oro. Las cifran hablaron por si mismo, dejando ver en su clara lectura el poco alentador mensaje de que nadie tiene a Dios agarrado por las chivas, ni la soberbia y la autosuficiencia son aconsejables cuando la abstención casi nos pisó los talones.

 

… Y como nunca es tarde para rectificar, deberíamos comenzar por preguntarnos: por qué casi la mitad de los electores prefirieron quedarse en casa, en vez de expresarse mediante la institución del sufragio… De modo que esos resultados un tanto chuecos, no son para andar cantando victoria ni dormirse en los laureles, porque queramos o no admitirlo, la gran verdad que está latiendo en la cueva, fue que otra parte importante del país se mostró indiferente por no estar de acuerdo con lo que pasa en el país. Recordemos que hace quince años lo mismo ocurrió con la partidocracia puntofijista, cuando sus actores por andar de frescolita transitando de espaldas al país, no se imaginaron que estaban cavando la tumba, de donde no podrán salirse jamás porque la historia los enterró boca abajo».

 

Saquen ustedes mismos sus conclusiones.

 

pereznitu@gmail.com

@nituperez

Por Nitu Pérez Osuna

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