Todos ganamos con que las elecciones parlamentarias de este año sean limpias

 
Todos ganamos con que las elecciones parlamentarias de este año sean limpias. Gana el pueblo venezolano, todo el pueblo, independientemente de su preferencia política, porque tendrá una Asamblea Nacional verdaderamente representativa y porque la crisis política, económica y social, que se agrava por la indecisión y la concentración de poder, encontrará una ruta pacífica para resolverse. Gana la Constitución en consistencia y en validez, una cuestión fundamental para que pueda ser nuestra carta de navegación, nuestra guía por encima de diferencias, nuestro espacio de encuentro en los tiempos difíciles que no es que se avecinan, es que están aquí. Ganan las instituciones, que para serlo necesitan credibilidad, para que nadie las confunda con la guarimba de los poderosos.

Con elecciones limpias, el que gane podrá sentir y hacer sentir la legitimidad de su triunfo, y el que pierda, saber que su revés fue sin trampa. Porque una elección no es una batalla ni el triunfo en ella un botín de guerra. Al día siguiente, este seguirá siendo el país de todos y la experiencia que vivimos nos ha enseñado que negarlo no sirve más que para agravar los problemas viejos y generar problemas nuevos.

El juego limpio es buen negocio para todos. Condiciones electorales equitativas que comienzan por la convocatoria al proceso con la fijación de la fecha de una vez por todas. Comienzan por ahí, pero no terminan. Porque estamos muy lejos del clima democrático de un debate cívico entre iguales.

El Poder Electoral tiene la tarea constitucional de fomentar un clima de confianza en el voto y en el proceso electoral. No lo está haciendo. Porque no es juego limpio impedir legalizarse, en puntas distintas del espectro, a Marea Socialista o a Vente Venezuela. Tampoco desacatar la ley al no convocar la elección de representantes en el Parlatino, parte de una estrategia parcial. Y es muy mal precedente la manipulación de la misión técnica de Unasur en las primarias del 17 de mayo para desprestigiar a esa organización y a la observación internacional, como empiezan a darse cuenta en otros países.

Con juego limpio ganamos todos, con la probable excepción del pequeño grupo de privilegiados aferrado al poder. Y si no es así. Si se sienten tan seguros de la superioridad de la que presumen, que demuestren que pueden jugar sin dados cargados. Que se atrevan a jugar limpio.

Ramón Guillermo Aveledo

@aveledounidad