El Ratoncito Miguel canción de protesta del año 1932 contra el dictador cubano Gustavo Machado creada por Felix B Caignet que decía en uno de sus estribillos:La cosa está que horripila y mete miedo de verdad, usted verá,cómo de hambre un ratón se morirá, no hay queso ya, y mucho menos una lasca de jamón, vamos a ver, quién va a arrancarle a Misifú el corazón.
Pasado ochenta y cuatro años en un escenario distinto y padeciendo una dictadura en Venezuela, basta que cambiemos el título deRatoncito por Juan Bimba y podremos observar que la situación del país de idéntica manera horripila y mete miedo de verdad, viendo como por obra y gracia del socialismo, la pobreza creciente mata de hambre al pueblo venezolano. Lo único que queda por ver es quién y cómo va a arrancarle el pueblo a Maduro su omnímodo poder.
No se necesita tener un doctorado en economía ni un diplomado en políticas públicas para reconocer que se vive una profunda crisis humanitaria: aumento de la pobreza debido a una hiperinflación galopante y una alarmante recesión resultado de la disminuida producción nacional de bienes.
Todo ello asociado al desmantelamiento y politización de las instituciones, su autonomía y sus funciones principales. Desde el BCV, pasando por el TSJ hasta las FFAA. También al exceso de intervencionismo del Estado que asfixia las libertades e iniciativas individuales.
El gobierno bolivariano de manera arbitraria ha expropiado y confiscado empresas violando el ordenamiento jurídico. Por ello debe enfrentar ante el CIADI indemnizaciones de millardos de dólares. Si hay algo que lo ha caracterizado en los 17 años que llevan en el poder es su falta de transparencia y rendición de cuentas sobre el uso que han hecho de los recursos de la Nación.
Entre sus atropellos resaltan el decretó que aprobó un Estado de Excepción y Emergencia Económica en contra del criterio y la voluntad de la Asamblea Nacional y de renombrados asesores y analistas económicos.
Los poderes excepcionales dados a los militares a través de la Compañía Anónima Militar de las Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas (Camimpeg) que preocupan por la asombrosa cantidad de responsabilidades que se le adjudican, y de la Gran Misión de Abastecimiento Soberano y Seguro sobre la producción, distribución y comercialización de productos en el territorio nacional, así como sobre los puertos marítimos y aduanas fronterizas.
No podemos dejar de mencionar los aumentos inconsultos de salarios y vales de alimentación en medio de un sistema de controles de precios excesivos, así como el mantenimiento de la inamovilidad laboral que afectan de manera directa la productividad de empresas en particular a las medianas y pequeñas. Los aumentos salariales, pura ilusión monetaria, desaparecen frente a la inflación existente.
El pretendido monopolio en la distribución de alimentos y bienes de aseo personal a través de los CLAP, contrario a lo esperado, ha causado mayor malestar debido al poder que tienen sobre el sistema organizaciones oficialistas políticas y militares.
En resumen el gobierno y sus voceros continúan con su estribillo sobre la guerra económica y la especulación demostrando su desconocimiento de principios universalmente aceptados.
Juan Antonio Muller
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