Un reportaje de la agencia AP da cuenta de cómo la tercera parte de un contingente de estudiantes provenientes de Palestina, que fueron beneficiados por un programa de becas para estudiar medicina en Venezuela, están regresando a su país decepcionados por lo que consideran que la carrera «carece de rigor académico».
Se trata del Programa de Becas Yaser Arafat, en la Universidad Salvador Allende, creada por Hugo Chávez, cuyo plan incluye siete años de pensión completa, en ese centro de estudios. El grupo de estudiantes está integrado por 119 jóvenes que arribaron al país hace 8 meses, de los cuales 29 ya abandonaron la carrera mientras que otros están esperando conseguir el boleto de regreso.
A parte del bajo nivel académico, los jóvenes también se han quejado de la delincuencia en Caracas, a pesar de que son personas que provienen de una región, como Gaza, que ha padecido conflictos bélicos.
La experiencia de los jóvenes palestinos obliga a reflexionar sobre lo que está ocurriendo en el país con las universidades públicas y la poca importancia que el Gobierno les da al conocimiento y al nivel académico.
De bachillerato se están graduando miles de jóvenes sin haber cursado materias fundamentales como la química, matemáticas, física y biología; la historia es ahora un panfleto ideológico, y de la Misión Ribas salen bachilleres que se gradúan en apenas dos años.
El nuevo sistema de admisión en las universidades impuesto por el Gobierno reduce la variable del nivel académico que trae el estudiante de bachillerato a menos de la mitad y favorece otras como la condición social. Aspectos como provenir de la Misión Ribas resultan en un aval importante para ser seleccionado. Este nuevo sistema de admisión desconoce el esfuerzo y la calidad del estudio, mientras abandona la inversión en calidad de sus profesores y la infraestructura de los centros educativos
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Algunos de los estudiantes palestinos que abandonaron el programa, entrevistados por AP, se quejaron de que su primer año consistió sólo en clases de español y adoctrinamiento sobre la revolución socialista de Venezuela. También les sorprendió cuando sus maestros presentaron un plan de estudios sólo centrado en la salud comunitaria.
No es casual que entre los 350 mil estudiantes que este año aspiraron a ingresar en las universidades públicas nacionales, la última opción seleccionada fue la Universidad Bolivariana, mientras que 80% pidió entrar en la UCV.
Sin embargo, estas universidades están siendo ahogadas económicamente con sueldos que no llegan a dos salarios mínimos, mientras sus laboratorios, infraestructura y los centros de investigación se están deteriorando.
Otros países como China, aún bajo un régimen comunista, han apostado al desarrollo tecnológico y científico y ya sus universidades están en los primeros lugares del ranking mundial. A la par de la apertura económica de la que goza China, han realizado cuantiosas inversiones en la educación media y universitaria, lo cual ha sido la base de su reciente desarrollo económico.
En Venezuela, lamentablemente, en nombre de la masificación, nuestros centros de estudio y de investigación ya no figuran en ningún lugar destacado y un gran contingente del conocimiento ha tenido que emigrar.
Los jóvenes palestinos, a pesar de provenir de una zona de conflicto casi arrasada
, entienden la diferencia. Así lo comentó uno de los entrevistados: «Quiero ayudar a mi pueblo y lo que necesitan es doctores. Quiero aprender la mayor cantidad de información posible y no voy a aprender tanto aquí».
Francisco Olivares
@folivares10
