Gramática y amenazas sin destino
agosto 6, 2016 8:47 am

 

El capitán Diosdado Cabello no ha desmentido todavía las palabras que en tono mitinesco y cuartelero pronunció en el acto que el PSUV y sus aliados organizaron en la plaza de toros de Valencia, para respaldar la gestión del presidente Nicolás Maduro Moros y la GMAS –que se traduce como Gran Misión de Abastecimiento Soberano­– y que ayer el Diario Vea utilizó como su titular bandera en la primera página: “Cargos de confianza deben estar en manos de revolucionarios. No se puede hacer una revolución con escuálidos dirigiendo las instituciones del Estado”.

 

 

El periódico de los herederos de Guillermo y Servando García Ponce, en las mismas fuentes tipográficas que utilizaban sus predecesores para presentar el fiasco soviético como la esperanza de la humanidad, informa que la Monumental estuvo abarrotada. Cabello no mostró el ejemplar en miniatura de la llamada carta magna aprobada en 1999 ni leyó los artículos que prohíben las discriminación por credo religioso o ideología, y los que advierten que los militares no deben estar al servicio de una fracción política; ni advirtió que en esa ley fundamental no aparece la palabra socialismo ni ninguna de sus variantes, mucho menos la palabra revolución o proceso revolucionario.

 

 

 

El capitán y vicepresidente del partido de gobierno, bajo la mirada inquieta y vigilante del capitán retirado, jurisconsulto y parlamentario Pedro Carreño, llamó a la unidad. Dijo que no puede haber peleas de grupos. “El único grupo es el de los revolucionarios”, recalcó. Quizás aquí esté la clave de lo que viene ocurriendo, más allá de la incompetencia demostrada para afrontar la calamidad nacional, de crisis humanitaria, que han generado las recetas económicas del estalinismo trasnochado y anacrónico, que hasta los chinos desecharon y que Jorge Giordani impuso a contravía de la historia, y se mantiene.

 

 

Las contradicciones en el seno del gobierno, de sus partidarios en general, afloran con fuerza de tempestad. No solo entre los colaboradores de Aporrea.com y los congregados en Marea Socialista, sino fundamentalmente entre los que se pisan la manguera y comparan las hojitas de Excel que reflejan los bienes habidos y por haber, propios y ajenos. Las disputas por contratos y licencias de importación, las cuentas bancarias, las mansiones, las flotillas de vehículos blindados, los yates y los relojes, sin olvidar las corbatas de seda italiana, son más poderosas que las ideas de Marx, distorsionadas unas y equivocadas las otras. Ninguno le dice no a una botella de vino Petrus ni a un blender de 18 años. Nadie se rinde. Ofrezco testaferros sordomudos.

 

 

@ramonhernandezg