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Gente del Petróleo, su próxima cita con la historia

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Gente del Petróleo, su próxima cita con la historia

 

La Gente del Petróleo ya ha tenido dos citas con la historia y se prepara para una tercera cita. Las dos primeras han sido (1), la reunión de 400 técnicos y gerentes de la industria petrolera con el Presidente Carlos Andrés Pérez en Miraflores en enero de 1974, en pleno debate sobre el curso que tomaría la nacionalización (estatización) de la industria petrolera; (2), la huelga petrolera de 2002 en defensa del profesionalismo y del apoliticismo en la industria petrolera.

 

 

Primera cita

 

 

La primera de estas citas le dio un vuelco decisivo a la fisonomía de lo que sería la “nacionalización” petrolera. Hasta el momento en el cual los técnicos y gerentes petroleros decidieron participar activamente en el debate petrolero la matriz de opinión estaba dominada por el sector político de izquierda a izquierda extrema, el cual pedía una nacionalización a sangre y fuego, sin indemnizaciones, sin contacto alguno post-nacionalización con las ex-concesionarias y con la empresa estatal CVP como empresa matriz.

 

 

 

El sector político de izquierda, apoyado hasta por Copei, partido político de derecha, había arrinconado al gobierno y al partido de gobierno Acción Democrática para exigir el control total de Estado en el negocio petrolero. Aquella reunión de los 400 petroleros con el Presidente Carlos Andrés Pérez y su gabinete y asesores fue de gran valor informativo para el Presidente Pérez, haciéndole ver que la toma de control de la industria petrolera por parte del Estado tenía aspectos complejos que el sector político y sus mismos asesores desconocían. Así lo admitió, al hablar con los asistentes al evento después de terminadas las presentaciones que se le hicieron ese día.

 

 

La segunda cita

 

 

 

La segunda cita de la Gente del Petróleo con la historia se presentó en los años 2002-2003, cuando el presidente Hugo Chávez Frías, por admisión propia nombró a un presidente de Pdvsa – Gastón Parra – quien era un enemigo declarado de los gerentes y técnicos venezolanos de la industria y desconocía la complejidad de la industria petrolera y el escenario mundial en el cual Pdvsa debía actuar.

 

 

 

Esta designación, declaró Chávez, tuvo como objetivo provocar una reacción de los gerentes y técnicos y poder así echarle mano a la empresa.

 

 

 

No se equivocó Chávez al prever la digna reacción de la Gente del Petróleo. Reaccionaron en contra de esa designación que llevaba a la politización, mediocrización y degradación de la empresa. Se rebelaron en contra de esa designación y ello llevó a una conmoción nacional. Al extenderse la protesta de la Gente del Petróleo a los diversos sectores de la Sociedad Civil se produjo una manifestación popular como nunca antes se había visto en Venezuela. Una marcha gigantesca que partió del este de la ciudad hacia el centro produjo una reacción violenta por parte de Chávez, la cual produjo muertes de manifestantes y una cadena de eventos que llevó a la Fuerza Armada a pedirle la renuncia a Chávez, lo cual fue aceptado por Chávez, según le comunicó al país en cadena televisiva nacional el General Lucas Rincón.

 

 

 

La Gente del Petróleo pagó un altísimo precio por su postura honesta. Perdieron empleos, hogares, carreras, futuros, tranquilidad familiar. Muchos de ellos tuvieron que irse del país, acosados por las huestes de Chávez y han sido objeto de absurdas represalias y multas millonarias que carecen de toda validez legal. El despido de la Gente del Petróleo por parte de Chávez y la llegada de una serie de presidentes y directivos corruptos e ignorantes ha llevado a Pdvsa a la quiebra operacional y financiera.

 

 

La tercera cita

 

 

 

En medio de la inmensa tragedia venezolana, la cual nos ha afectado a todos, jóvenes y viejos, quienes se fueron y quienes han permanecido en el país, se vislumbra claramente la llegada del día en el cual la pesadilla chavista / madurista habrá terminado y comenzará la larga y penosa tarea de reconstruir material y espiritualmente el arruinado país que es hoy Venezuela.

 

 

La ruina física en la cual se encontrará a Pdvsa es inmensa pero peor aún es la ruina moral de quienes han usurpado el lugar de la Gente del Petróleo, desde Ciavaldini, Alí Rodríguez, Rafael Ramírez, Eulogio del Pino hasta Quevedo.

 

 

 

Existe ya una significativa convergencia de criterios sobre los pasos que hay que dar para recuperar la industria petrolera nacional, un primer paso de diagnóstico y recuperación de confianza, un segundo paso – en paralelo con el primero – de estabilización de la producción y un tercer paso de aumento progresivo de la producción.

 

 

Quizás el punto fundamental de decisión para el futuro de la IPN será el concerniente al modelo de gestión que se vaya a implantar. Allí hay consensos parciales como los que existen sobre una amplia participación del sector privado y sobre la creación de una agencia reguladora de los hidrocarburos que negocie, supervise y regule las contrataciones que la Nación haga con empresas privadas para el desarrollo del sector petrolero.

 

 

Sobre lo que habrá más discusión es si el país debe o no tener una empresa estatal de petróleo, habida cuenta de la experiencia que la Nación ha tenido con Pdvsa durante sus 44 años de vida. Consideramos que lo que se decida sobre este punto determinará el éxito o el fracaso de esta nueva etapa.

 

 

Gustavo Coronel 

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