Escrito con tristeza
febrero 10, 2014 7:34 am

Estuve fuera de Venezuela y con limitado acceso a Internet los últimos días de enero. Y a mi regreso me encontré con dos noticias que me sobrecogieron de dolor: habían fallecido dos queridas amigas.

 

En el fondo de mi corazón espero que la trascendencia del alma sea un hecho, pero esa esperanza no me quita la tristeza que me ha causado su partida. Resulta contradictorio que siendo la muerte lo único seguro que tenemos los seres humanos, cuando llega el momento no estemos preparados para recibirla.

 

Bolivia Bottome Boulton era una dama en todo el sentido de la palabra. Nos unían una cantidad de aficiones, entre ellas la música. Bolivia era Directora de Relaciones Internacionales de El Sistema y fue tan señora, tan decente, tan buena, que dejó una estela de buenos recuerdos entre quienes la conocimos.

 

Me encantaba conversar con ella. Siempre tenía una palabra agradable que decir, una historia interesante que contar. Guardo el grato recuerdo de un viaje que hicimos juntas a Costa Rica, ella representando a las Orquestas y yo a la Fundación Unión Radio. En muchas ocasiones estuve en su casa compartiendo un café y en su casita de Turgua, donde el silencio solo lo rompían nuestras voces y nuestras risas.

 

Trudy Spira fue una heroína. Atesoro su amistad porque fue un privilegio haberla conocido. Dedicó su vida a narrar su experiencia en el campo de concentración de Auschwitz para que una atrocidad como ésa no volviera a suceder, en ningún otro momento, en ningún otro lugar. Los horrores que presenció antes de cumplir doce años y sus dos regresos al espantoso lugar los plasmó en su libro «Regreso a Auschwitz», la última vez en la Marcha por la Vida. Su partida coincidió con la del día que los soldados rusos liberaron el campo de la muerte.

 

Quienes conocieron a Trudy pueden dar fe, como yo, de la fortaleza de su espíritu. Su mejor lección fue no sentir odio, pues odiar carcome el alma y la suya era un alma transparente. Su mayor triunfo, haber tenido hijos y nietos que demostraran que el nazismo no pudo destruir al pueblo judío.

 

Acompañé a Trudy en varias de sus presentaciones y la entrevisté en no pocas oportunidades. Desde que nos conocimos nos hicimos amigas y nos manifestamos el profundo afecto que nos unía. Hoy escribo con tristeza para despedir a Bolivia y a Trudy…

 

@cjaimesb

Por Carolina Jaimes Branger