Maduro conduce al país por un abismo que puede, incluso, hundir al chavismo
Las medidas económicas impuestas por el Gobierno no son la solución y por el contrario agravarán en mediano plazo la crisis a la que, Maduro, está llevando al país.
La devaluación real que se hace a través del Sicad es el mal necesario y no la solución, que en corto plazo no será suficiente ya que otras acciones como la Ley de Costos, las amenazas de más expropiación y el constante aumento de requisitos para importar y producir, anuncian una suerte de «tormenta perfecta» que terminará de arrasar con lo que queda.
Esto se complica con la paralización del mecanismo anunciado desde el año pasado, según el cual, se establecería un mecanismo para un dólar que fluctuaría libremente, con lo cual se llenaba el vacío dejado con el cierre de las casas de Bolsa y la penalización de un cambio libre paralelo.
Maduro y sus políticas de más controles y más requisitos para hacer cualquier cosa, cierra el cerco a la economía y pone en peligro hasta su propio gobierno y liderazgo, que no hay que olvidar, llegó a la Presidencia por una mínima diferencia frente a su rival, a pesar de contar con los recursos y el apoyo del poder del Estado.
En estos días me escribía un articulista del oficialismo, que la gran rabia en los opositores es que, a pesar de la crisis económica y la inflación, los barrios populares estaban tranquilos y siguen apoyando al Gobierno.
El comentario no deja de ser cierto, pero no todo es color de rosa para la dirigencia chavista.
En el país se están dando múltiples manifestaciones en reclamos laborales. Pero ellas están todavía atomizadas y no han dado el gran salto de enfrentar a las políticas del Gobierno en su conjunto, como sí lo entiende gran parte de la clase media.
Eso es algo que el sector político democrático debe tomar en cuenta a la hora de promover manifestaciones o acciones políticas. No se pueden saltar etapas al tratar de movilizar a esos sectores.
Sin duda la oposición logró un gran avance en las elecciones del 14 de abril, pero más tarde en las regionales se observó que el Gobierno aún mantiene hegemonía en las barriadas.
Hay figuras que desde la opinión quieren disputarse un liderazgo, pero tratan de construir una torre comenzando por el techo. Hay que formar partidos políticos y líderes en esos sectores y acompañarlos en sus propias luchas, para que avancen hacia objetivos democráticos globales.
Maduro conduce al país por un abismo que puede hundir al chavismo. Hay condiciones para desarrollar partidos de masas que conduzcan a un cambio que abra la economía y atienda con educación y trabajo, a la gran masa pobre que ha sido utilizada, mas no reivindicada por el «madurismo».
Francisco Olivares
folivares10
