Continúo soñando como si aún fuera estudiante: sueño en un país libre de oportunidades y esperanzas. Por ello me siento con el derecho de hablarles de tú a tú, y reflexionar sobre ¿qué hacer?

La historia enseña que las dictaduras desaparecen con la muerte de sus fundadores. Así ocurrió con el stalinismo, el maoismo o el franquismo, a veces hay que esperar un tiempo, pero este llega. Otras veces los dictadores pierden el apoyo de las Fuerzas Armadas y huyen con los dineros sustraídos a la nación. La dictadura implantada en Venezuela desde hace años no será la excepción.

El camino es largo y lleno de sacrificios. Solo la juventud puede andarlo sin temor y con la frente en alto. Pero hay que preparase. ¿Cómo? Organizándose y planificando las acciones futuras porque la improvisación coloca siempre obstáculos difíciles de vencer. Miren ustedes, los dirigentes actuales no se eternizarán en sus centros de estudios. Pronto se graduaran y pasarán a ocupar nuevas responsabilidades dentro de la sociedad. Quienes tomen el bastón de relevo deben estar listos para ese nuevo liderazgo.

La lucha por los derechos humanos, por la independencia de los poderes y por el futuro de la república para que sus ciudadanos puedan convivir en paz y respeto mutuo son los objetivos a alcanzar. Pero no todos los venezolanos están conscientes de esos fines, es tarea de ustedes llevar ese mensaje a todos los sectores en particular a las clases menos favorecidas que apremiados por las necesidades materiales ignoran con frecuencia sus deberes como personas.

Miren ustedes, la lucha a veces se torna violenta, obligada por la represión desmedida de las dictaduras, para ello también hay que estar mentalmente alerta. Sus acciones son vitales para luchar en todos los campos. ¡Adelante!

Por Juan Antonio Muller

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