Uno nunca se deja de sorprender por las acciones de un gobierno cada vez más débil y aislado nacional e internacionalmente, que se convirtió en la encarnación de la barbarie tras la partida de la sensatez y la cordura de nuestro país. Desesperados por seguir controlando el poder, ya no guardan apariencias y se muestran tal cual como son. Asaltan, amenazan, juegan con la necesidad y la vida de los otros. Retan permanentemente la paciencia de los venezolanos. Quién sabe con qué objetivos, buscando tal vez un escenario que los beneficie y en donde eviten rendir cuentas, dar explicaciones, someterse al juicio del pueblo.

Pero ¿Cómo evitarlo? Una forma es dándole largas al proceso electoral para renovar la Asamblea Nacional. Parece que la mayor prueba propagandística del régimen para asegurar que aquí hay plena democracia, las elecciones, ya no son útiles. Quizás hemos llegado a un punto ulterior en la revolución donde el miedo a contarse pasará al frente como estrategia para perpetuarse en Miraflores. Saben que tienen todos los recursos del Estado, todos los medios de comunicación, pero no tienen los votos.

De allí que avancen sobre la oposición para demostrar que siguen siendo poderosos. Por eso asaltan alcaldías opositoras, por eso demandan medios de comunicación, por eso tratan de involucrar a diputados legítimamente electos en asesinatos. Darle palos a la piñata para buscar que se rompa y acabar con el cumpleaños, eso busca Tibisay Lucena y se les nota de lejos.

 
En otro frente el gobierno hace todo el esfuerzo por fragmentar a la oposición, pero más allá de las diferencias visibles, que además son manifestadas públicamente, nadie duda en la oposición duda del camino electoral para enfrentar al peor gobierno de la historia nacional. La pregunta es ¿Pensarán lo mismo en el gobierno? No se sabe, pero lo que si tienen escrito en la frente es la palabra derrota, eso no se tapa con arrogancia y abuso de poder ¡Elecciones YA!

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