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El mundo no gira alrededor de Venezuela

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El mundo no gira alrededor de Venezuela

 

Se anuncian nuevas realidades para el mundo, buenas y malas, algunas que, por su magnitud, afectarán a Venezuela. Los ciudadanos oficialistas, opositores y quienes tienen la responsabilidad de dirigir, deben estar atentos y preocupados.

 

 

 

Estados Unidos y su nuevo presidente, mucho más que un derechista proteccionista, es por sobre todo un empresario, que ha hecho vida y éxito a base de iniciativas, emprendimientos, fracasos y reacciones a los errores. Puede que haya comenzado con respaldo económico, pero no ha llegado a ser de los más adinerados solo por casualidad. Está demostrando en sus primeras semanas que honra sus promesas electorales, adecuadas o no y que, por cumplirlas, tiene desconcertados a todos. Está rompiendo esquemas y corriendo riesgos.

 

 

 

Venezuela, Cuba, Nicaragua, Ecuador y Cuba, aliados en la ideologización del fracaso, tienen en la primera potencia, en la cabeza del criticado y todopoderoso imperialismo, nada menos que a un mandatario con mente, experiencia y audacia impertinente de caudillo.

 

 

 

El poder tiránico castrista debería estar nervioso, lo que tienen a 90 millas es un convencido del “toma y dame”, las negociaciones entre Washington y La Habana van a ser diferentes, la Cuba desgastada de Castro y sus herederos va a necesitar actitudes de cuidado y prudencia.

 

 

 

Colombia, nuestra perpetua e inevitable vecina, dependerá en buena parte de cómo se desarrolle un acuerdo de paz que, diga lo que diga Juan Manuel Santos y vote lo que vote su Congreso, mantiene divididas la opinión y expectativas de los colombianos. Las FARC puede que vayan a los diversos poderes, pero la producción y comercialización de drogas sigue siendo una actividad poderosa e implacable –aparte de que el ELN sigue activo y algunos grupos armados de las FARC parecen estar renuentes al acuerdo, algunas brasas siguen encendidas en las selvas.

 

 

 

Con una larga y permeable frontera, Venezuela tiene mucho que ver con Colombia, y puede ser afectada, teniendo en cuenta la muy simplista concepción diplomática mal conceptualizada y sin sólida ideología, una economía importadora pervertida y erróneamente usada por un gobierno despistado, y la siempre tergiversadora corrupción.

 

 

 

Al camarada Correa en Ecuador se le ha terminado la magia y lo rasgan los débiles precios petroleros, pero al menos deja un país con filosofía de educación y tecnificación, son muchos los venezolanos que se han ido y forman parte de ese movimiento.

 

 

Evo Morales sigue en lo suyo, tiene sus propios autoaduladores museos. Habrá que esperar si su anunciada disposición de reelegirse ¡otra vez; pronto será el presidente latinoamericano con más tiempo en el poder! Los bolivianos estarán dispuestos a no darle una patada y quitárselo de encima, la oposición es menos ruidosa que la venezolana, pero muy activa y nada cocalera. El desastre de Lamia fue solo un ejemplo de la corrupción y la ignorancia gubernamental.

 

 

Argentina y Brasil cambiaron, Lula da Silva sigue siendo un líder, pero manchado por la corrupción que está descabezando a políticos e incluso empresas y empresarios. La familia Kirchner mucho debe hacer para enfrentar investigaciones de corrupción descarada e incluso se habla de asesinatos y traición. Pero siguen siendo las potencias suramericanas, Mercosur les pertenece y enrumba su camino hacia sus orígenes económicos. Los cuatro países fundadores tienen una ventaja sobre la Venezuela del chavo-madurismo: producen comida para alimentarse ellos mismos, y para generar divisas importantes. Miraflores, su cancillería y sus políticos no parecen entender nada de esto.

 

 

México, siempre por su cuenta, penduleando entre un conservadurismo interno y carantoñas a la izquierda en su política exterior. Pero al mismo tiempo es una potencia agropecuaria e industrial, y sus ojos, sueños y temores han mirado siempre hacia el norte. Enfrenta dificultades con la presidencia de Trump y su célebre muro en la frontera, sus dirigentes hablan de voltear la mirada hacia el sur de sus fronteras.

 

 

 

Centroamérica anda, con la excepción de Nicaragua, en un camino similar, el péndulo político se afirma en el centro y el económico se inclina crecientemente hacia el Pacífico y Asia, todo un mundo de posibilidades como bien saben los chinos de estos tiempos.

 

 

 

China mantiene una dictadura política roja pero no estúpida, sigue con el exitoso impulso a su cada día más poderosa industria, avances tecnológicos, exportaciones, desarrollo social y económico de su población. Un detalle que Maduro, compinches y limitada canciller ignoran: 60 % de las empresas son privadas, no estatales.

 

 

 

Seguirá figurando, creciendo, expandiéndose hacia el mundo, con un peligro interno difícil de calcular desde nuestros predios: que a mayor formación, transformación de su campesinado en trabajadores industriales y urbanos, más riesgo de reacción –léase rebelión– política. Pendientes de las caras de China, inversores internacionales y gobiernos débiles que cada día dependen –dependemos– de Pekín.

 

 

 

Otros países asiáticos, Vietnam incluido, mantienen agresivas políticas económicas de producción y exportación. Caso especial es la India, gigantesca población que no para de crecer, con cada día menos santones y más tecnólogos. Van ocupando posiciones y economías en el exterior, con eficientes gerentes y especialistas. Su presencia en Silicón Valley es abrumadora. El jefe de Estado sigue siendo muy popular, empeñado en una transformación económica, impositiva y bancarizante. Para países como Venezuela –torpe y limitado– la India es un apetecible y potencial socio, no existe aquella de Gandhi, ahora es cada día más una importante potencia industrial, tecnológica y comercial.

 

 

 

Europa parece estar comenzando un gran viraje, el socialismo europeo va perdiendo posiciones y la derecha ganando. Gobiernos socialistoides en Italia, Francia y Alemania no las tienen todas consigo, la inmigración africana y musulmana se ha convertido en altos riesgos políticos, la derecha europea camina, crece sobre la frustración y temores europeos cada día menos tolerantes con el fanatismo islámico y las enormes masas de color.

 

 

 

Vienen cambios políticos y económicos, atención a Escocia, brexit es una duda pero no automáticamente un fracaso como algunos creen; Merkel y Hollande se deterioran, la derecha conservadora manda en Austria y podría lograrlo también entre sus vecinos.

 

 

 

Nunca olvidar a los rusos, Moscú fascina a maduristas, pero el presidente no busca solo ser socio petrolero, es un Stalin moderno y astuto. Cuidado con Rusia, sus capitalismos privados y estatales de una potencia imponente que quiere más, si alguien sueña con imperios es Vladimir Putin.

 

 

 

Lo que angustia es la oposición poco organizada y un gobierno parlanchín e ineficiente, andan en cosas pequeñas, rudimentarias, como si siguiéramos en los años sesenta del siglo XX. El socialismo del siglo XXI, la socialdemocracia y el socialcristianismo criollos siguen teniendo décadas de atraso.

 

 

¡Estamos en medio del futuro, y no nos dimos cuenta!

 

Armando Martini Pietri

@ArmandoMartini

 

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