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El juicio político a Jesús…

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El juicio político a Jesús…

Detrás de la crucifixión y muerte de nuestro señor Jesucristo, se movieron poderosos intereses que hicieron causa común. Su mensaje contagiante trajo consigo que algunos factores claves en la antigua Judea; lo consideraran como un peligroso adversario. El patriarcado religioso de la provincia, bajo jurisdicción romana, descansaba en el denominado Sanedrín. Este cuerpo legislativo estaba compuesto por 73 ancianos maestros de la ley; en su interior actuaban 3 grupos con marcadas diferencias doctrinales. Los saduceos eran aristócratas. Ellos tendían a ser ricos y mantenían posiciones de poder, incluyendo la de los jefes sacerdotales y el sumo sacerdote. Vivían espléndidamente con el confort que le brindaba estar de acuerdo con toda directriz romana, jamás se rebelaron contra las políticas de cruel sometimiento del imperio. Los saduceos eran más conservadores que los fariseos en un área importante de la doctrina. Los fariseos concedieron a la ley oral la misma autoridad que a la Palabra de Dios escrita, mientras que los saduceos consideraban que solo la palabra escrita era de Dios.

 

 

En menor cuantía estaban los zelotes, que eran una pandilla ultranacionalista que luchaba por la independencia judía. Asaltaban las caravanas romanas, organizaban revueltas en contra del poder opresor. Sus actos violentos los acompañaban con el alzamiento de sus armas y el grito de: “Somos los sicarios de la tierra nuestra”. De allí nació esta expresión que caracteriza al matón a sueldo. Uno de sus principales líderes era Barrabás. Muy popular en los sectores pobres. Este fragmento radical es el génesis de todos los extremistas del medio oriente. ¿Qué hizo que sectores tan disímiles se unieran para salir de Jesús? El crecimiento del mensaje de nuestro Divino Salvador los puso en guardia.

 

 

La aristocracia saducea pensó qué perderían sus privilegios sí aquel mensaje se sembraba en las mayorías judaicas. Roma lo haría mártir o Sumo Sacerdote del poderoso Sanedrín. Tendrían que entregar sus privilegios y el pueblo al saberlo los ahorcaría por falsos profetas. Los fariseos creyeron que cederían la prerrogativa de ser la conciencia religiosa de la nación, un nuevo liderazgo ecuménico traería su desplazamiento como albaceas del pensamiento de Jehová en la tierra. Los zelotes querían a Jesús como el líder social que luchara por la independencia de Israel, un hombre que rescatara a su patria de las garras del imperio romano; al no compartir los principios de la violencia ultranacionalista, lo vieron como un incómodo adversario que estaba de acuerdo con el status quo. Cada uno por su lado fue cooperando hasta lograr su crucifixión. Jesús cayó en las malévolas garras de perversos intereses grupales. Sectores políticos con profundos intereses arraigados desde el principio del tiempo. Roma espero paciente que los factores en disputa, le colocaran en bandeja de plata al rey de los judíos. Con astucia se lavó las manos, dejó que las confusiones doctrinales y políticas se transformaran en una punzante herida que todavía sigue sin restañarse…

 

 

 

Alexander cambero@hotmail.com   

@alecambero

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