Matan, amedrentan y mantienen a raya a los ciudadanos ocupados en sobrevivir
El país sigue sumido en una suerte de letargo, de calles desiertas precariamente iluminadas y de pesados silencios que ocasionalmente son interrumpidos por el escape de una moto furtiva.
Ya ha pasado más de un año en que el «hijo de Chávez» asumió la conducción del país, primero como heredero impuesto y luego por su cuestionado triunfo electoral. Desde entonces el país está «en estado de reposo» y sólo se despierta ocasionalmente cuando ocurre algún evento que nos recuerda que aún existimos.
El pasado diciembre despertamos de la modorra ideológica cuando Maduro, a punta de fusil, ordenó bajar los precios de los electrodomésticos en las principales firmas comerciales del país hasta que el enjambre humano dejara vacías las estanterías, tal como lo ordenara el designado.
El paisaje desolador de santamarías cerradas, fue interrumpido por el horror del asesinato de Mónica Spear y su esposo, cuya conmoción nos recordó que aún hay habitantes.
Venezuela que había dejado de ser noticia internacional a la muerte de Chávez, reapareció tras el cruel asesinato como un punto en el mapa en el que se les advierte a los viajeros, que lo hacen bajo su propio riesgo. Una referencia de degradación que ya no puede esconder ni las carcajadas del ministro aquel que intenta vender un país que ya no existe.
Cinco horas habló el jefe rojo y las redes sociales reventaron tratando de descifrar ¿qué fue lo que dijo?,¿activaron por fin el cupo Cadivi?
Aunque nadie entendió cómo es que Maduro va a enderezar la economía, generó una nueva expectativa que logró disminuir el terror ocasionado por el homicidio de la prominente pareja.
No es extraño que el viernes la noticia más leída en El Universal se titula ¿Cómo quedan los cupos Cadivi?
La vida nocturna va desapareciendo en Caracas sometida por el miedo. El hogar es ahora un refugio individual para preservar la vida. El día transcurre en la caza de productos de primera necesidad, de comercio en comercio, un tiempo que muy pronto los especialistas habrán de medir en pérdidas laborales, horas-hombre, como una estadística adicional.
Doblegados los medios de información, las redes sociales se han convertido en el vehículo mediante el cual la gente busca respuestas a las incertidumbres que genera cada dos semanas el señor Maduro.
Ciertamente se ha creado un nuevo hombre en revolución. Hay unos que matan, que amedrentan y mantienen a raya a los ciudadanos. Y otros, el resto de nosotros, confinados por el terror, ocupados en sobrevivir y cazar los productos de primera necesidad.
Por el momento la revolución está logrando sus objetivos.
Francisco Olivares
@ folivares10
