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El conflicto «artificial»

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El conflicto «artificial»

No soy ucevista, pero mi padre sí lo fue. Y adoró a su universidad. No solo como estudiante, sino como miembro del equipo de esgrima que se trajo varios campeonatos bolivarianos, suramericanos y panamericanos entre 1956 y 1963 y luego como profesor, primero de la Facultad de Medicina y luego de la de Derecho.

 

Crecí yendo a los conciertos en el Aula Magna y a los eventos deportivos en el Gimnasio Cubierto. En mi época universitaria, ir al estadio era una obligación. Recuerdo el orgullo de mi papá al pasearnos por los laboratorios y oficinas del Instituto de Medicina Tropical, donde trabajaba con el Dr. Félix Pifano. También evoco con auténtico encanto el habernos sentado a ver las decenas de guacamayas que llegaban en bandadas a instalarse en los árboles.

 

En aquella época, un profesor universitario ganaba bien. No tenía que tener otro trabajo para vivir cómodamente. Su sueldo estaba acorde con su preparación, como en los países desarrollados. Pero esa situación comenzó a cambiar en los años ochenta. Ya para ese momento un profesor debía tener un trabajo alterno si era el único sustento de su familia.

 

Hoy, los profesores universitarios viven una situación patética. Puedo entender y consustanciarme con ellos, porque con derecho reclaman lo que es justo. Ningún profesor universitario puede vivir -ni siquiera indignamente- con el sueldo de miseria que gana. Por eso levanto mi voz de protesta ante las declaraciones de Nicolás Maduro de que el paro «es un saboteo» y que «a las universidades no les han faltado los recursos, se han enviado varios miles de millones de bolívares por años, no les fallamos». ¡Qué burla tan descarada! ¡Qué manera de soslayar responsabilidades! Para comprar armas sí hay recursos de sobra. También para comprar conciencias y aliados. Pero no para pagarles a los profesores.

 

El gobierno pareciera estar en una suerte de cruzada para destruir las universidades autónomas… acabar con la UCV es acabar con «la casa que vence las sombras». Y necesita mucha sombra para perpetuarse en el poder. Mientras menos luces tengan los ciudadanos, más fuerte será el régimen. A los ignorantes se les puede engañar, se les puede engatusar, se les puede llevar nariceados como ganado.

 

Honorables profesores: sigan en su lucha. Por ustedes. Por sus familias. Por Venezuela.

 

@cjaimesb

Por Carolina Jaimes Branger

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