Doctrina de esperanza
septiembre 17, 2014 7:21 am

En la doctrina social cristiana hay una guía para las esperanzas de cambio del pueblo venezolano

 

La Doctrina Social de la Iglesia, hay que enfatizar, valora la iniciativa privada y la intervención del Estado en la economía. Del justo equilibrio entre ambos depende la libertad de los ciudadanos y el desarrollo, que ha de ser de todo el hombre y de todos los hombres.

 

En Mater et Magistra, Juan XXIII dice “que la economía debe ser, ante todo, de la iniciativa privada de los individuos, ya actúen estos por sí solos, ya se asocien entre sí de múltiples maneras para procurar sus intereses comunes” (párrafo 51). Por su parte, el Estado debe guiar su acción en función del principio de subsidiariedad que había formulado Pío XI en Quadragesimo Anno: “…toda acción de la sociedad, en virtud de su propia naturaleza, debe prestar ayuda a los miembros del cuerpo social, pero nunca destruirlos ni absorberlos”.

 

Es una línea que viene de lejos, no solo del propio mensaje evangélico, sino de los documentos pontificios desde Rerum Novarum de León XIII, un texto que sigue siendo impresionante por su clarividencia. Claro que como dice José Barbeito, quien a su llegada de Cuba fue periodista en esta casa, dicha encíclica “es inexplicable si no se la refiere a casi un siglo de crítica cristiana, a los problemas derivados de la existencia del proletariado industrial y de su miseria”.

 

Así ha continuado después de Juan XXIII y de Pablo VI, cuya carta Populorum Progressio fue un hito que impactó profundamente y animó el compromiso social y político de mi generación. Después, sucesivos mensajes de Juan Pablo II, quien como polaco tenía la vivencia del nazismo y del socialismo real, se refirieron ampliamente a la cuestión social como Laborem Exercens, Sollicitudo Rei Socialis y Centesimus Annus justo al cumplirse un siglo de Rerum Novarum, y que viajó por los cinco continentes palpando de cerca la realidad de una humanidad sufriente y esperanzada, con especial acento en los más pobres.

 

Benedicto XVI, con Caritas in Veritate vuelve a las ideas de desarrollo humano integral de Pablo VI y Juan Pablo II. Y ahora Francisco, en Evangelii Gaudium insiste en la inclusión social de los pobres y en la paz y el diálogo social que ya son característicos de su novedoso e inspirador pontificado.

 

No nos equivoquemos, tampoco nos dejemos guiar por prejuicios ni sustituyamos con discurso propagandístico el examen objetivo de la realidad. En la doctrina social cristiana hay una guía para las esperanzas de cambio del pueblo venezolano.

 

Ramón Guillermo Aveledo

rgaveledounidad@gmail.com