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Diferencias entre las garantías y condiciones electorales

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Diferencias entre las garantías y condiciones electorales

 

 

Las garantías electorales permiten que la ciudadanía ejerza su derecho político de elegir y ser elegido. Tienen que ver con quién puede votar, quiénes son elegibles, requisitos para inscribir organizaciones políticas y candidatos, así como el conteo, registro de los votos y publicación de los resultados.

 

 

Mientras que las condiciones electorales deben ofrecer a todos los candidatos las mismas oportunidades de ganar o perder, sin ventajismos de ningún tipo. Tienen que ver con la información sobre las opciones de candidatos, los medios para promover la oferta electoral, el financiamiento de las campañas y los mecanismos para la movilización de los electores.

 

 

El artículo 63 de la Constitución señala que las garantías electorales se refieren a:

 

 

Nombramiento de nuevas autoridades del CNE (Art. 295 y 296 CRBV; Art. 18 al 30 de la Ley del Poder Electoral).

 

Universalidad del voto, sin más limitación que las que dictan las leyes.

 

Derecho del voto de los venezolanos en el exterior o extranjeros residentes, según el tipo de elección.

 

Certificación de las organizaciones con fines políticos (Art. 10-15 y 26 de la Ley de Partidos Políticos)

 

Auditorías técnicas en presencia de los partidos y auditores externos. (Artículo 160 y 161 LOPE).

 

Catastro con base en el número de centros y mesas de votación del último Registro Electoral (Vecindad, inclusión y selección de miembros mesas).

 

Ejercicio del voto sin acompañamientos indebidos.

 

Contraloría y fiscalización electoral.

 

Observación nacional e internacional calificada en todas las etapas del proceso.

 

 

La designación de nuevos rectores es un paso necesario mas no suficiente para recuperar la confianza en el voto y retomar la vía electoral. Aunque sean figuras vinculadas al gobierno o a la oposición, el CNE debe garantizar un arbitraje institucional, con independencia y autonomía en sus decisiones, en comparación con directivas anteriores cuya actuación fue mediatizada por el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial. Antes de apresurarse y descalificar a priori a los nuevos rectores hay que darles un voto de confianza y apoyarlos para que puedan lograr:

 

La profesionalización de la gerencia técnica del CNE en los órganos subordinados y las oficinas regionales.

 

La actualización y depuración del Registro Electoral.

 

El sorteo transparente de los miembros de juntas y mesas electorales que deben ser oportunamente notificados y capacitados para sus funciones electorales.

 

La designación y registro de los testigos de los partidos que deben estar presentes en la instalación de las mesas, la jornada de votación, el conteo de votos y envío de resultados.

 

Las auditorías a todo el sistema, desde el padrón de electores hasta los centros de votación, incluidas las máquinas de votación y del sistema de totalización y de transmisión.

 

La imparcialidad de los medios de comunicación públicos y la no utilización de recursos del Estado a favor de una parcialidad política.

 

La regulación de las campañas y fiscalización del financiamiento.

 

Eliminar los puntos rojos y azules, así como cualquier mecanismo de coerción o presión sobre los electores.

 

La investigación de las denuncias y solución de los conflictos.

 

La observación nacional e internacional.

 

Entre las condiciones electorales que escapan a las competencias del CNE debido a que son decisiones que dependen del Tribunal Supremo o de la Contraloría y tienen que lograrse a través de un acuerdo político, vale destacar:

 

 

 

La libertad de los presos políticos, el retorno de los exiliados y la rehabilitación de candidatos suspendidos por la Contraloría.

 

 

 

La legalización de los partidos políticos y la devolución de los símbolos de los partidos intervenidos a los dirigentes elegidos por la militancia.
Este vistazo a las garantías y condiciones electorales nos permite ver que el proceso electoral no se limita al mero acto de votación, sino que se extiende a las diferentes etapas que se desarrollan antes, durante y después de depositar el voto en la urna. En todas y cada una hay garantías y condiciones que está pendiente restaurar para garantizar la legalidad y legitimidad de la elección y asegurar la aceptación nacional e internacional de los resultados finales. La tarea apenas comienza.

 

 Víctor Álvarez

@victoralvarezr

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