Detrás de los colectivos
octubre 11, 2014 6:33 am

Las evidencias y testimonios indican que lo ocurrido en Quinta Crespo, en donde murieron 5 activistas del colectivo 5 de Marzo hubo situaciones oscuras en cuanto la actuación del Cicpc e igualmente de parte del colectivo. Tal vez, por ahora, no conozcamos toda la verdad de los hechos y lo que pudiese haber detrás de la muerte de esos activistas, dado que se trataba de operadores políticos que trabajaban bajo las órdenes de alguna instancia política ligada al partido de gobierno.

 

Su líder, José Francisco Odremán era un dirigente muy conocido de estos grupos colectivos y las gráficas que circulan en las redes sociales indican su vinculación con altas figuras del gobierno.

 

Los familiares reivindican la función que cumplían los fallecidos en el control de las manifestaciones y guarimbas ocurridas a partir de marzo.

 

La verdad acerca de este nuevo episodio pudiera mantenerse en el oscuro misterio del manejo del poder, pero dado que esta vez hay más involucrados, hay más afectados y hay más diferencias e intereses en juego, tarde o temprano podrían salir a la luz pública esas verdades.

 

Desde hace años se vienen denunciando las actuaciones irregulares de los grupos colectivos armados. A veces voceros oficiales acusan a la oposición de «estigmatizar» a estos grupos, asegurando que cumplen funciones ciudadanas.

 

Sin embargo sus apariciones en ciertas circunstancias muestran el poder «paramilitar» que poseen algunos, cuya lista ya se pierde de vista y en los últimos 10 años han esgrimido sus armas públicamente y han protagonizados enfrentamientos armados, incluso contra la policía.

 

En 2002 uno de estos grupos atacó la extinta Policía Metropolitana en el 23 de Enero y su poder de fuego era tal que los disparos perforaron a la emblemática «Ballena», a pesar de ser un vehículo blindado.

 

Los diversos reportes narran cómo han tomado comisarías para «rescatar» a algún detenido del colectivo. Se han involucrado en extorsiones a comerciantes. En los refugios mantienen un negocio de protección a los refugiados.

 

En agosto de 2013 el gobierno promovió un desarme para los colectivos de la Gran Caracas. Entonces se dijo que 97 colectivos participarían en el desarme, pero solo 10 acudieron al llamado y en la jornada se desprendieron de unas 100 armas de distinto calibre. ¿Qué pasó con las otras 92 organizaciones de la Gran Caracas?

 

El mismo evento muestra que muchas de estas organizaciones sí están armadas y que cumplen una función política partidista. Nunca se ha aclarado cómo han obtenido la gran cantidad de armamento y cómo se financian.

 

Evidentemente que estas organizaciones gozan de autonomía frente al gobierno y es casi imposible que éste las regule. Algunos sectores del gobierno las han reivindicado como milicias defensoras de la revolución. Pero evidentemente hay otros sectores que ven en ellas un peligro para el resto de la sociedad.

 

Francisco Olivares

Twitter: @folivares10