Después de ojo sacado no vale Santa Lucía
mayo 22, 2018 8:13 am

Recojamos velas. Corramos y trepemos juntos, civilizadamente. De lo contrario en el país de los ciegos, el tuerto seguirá siendo el rey…

 

La jornada del 20 de Mayo (20-M), transcurrió sin nada nuevo bajo el horizonte. La abstención embriagó la noticia del día y como toda borrachera el país amaneció enratonado. Pero no de democracia sino de ninguneo y farsa más divisionismo y tremendismos dimisionales. El resultado: Maduro sigue en Miraflores, la oposición en las duchas y el pueblo sufriendo el ojo sacado, porque es quien ni ve, ni come, ni vive. No hay vencidos ni vencedores. Un circo con más payasos y domadores que trapecistas.

 

 

 

Hemos fracasado todos 

 

 

 

A nadie favoreció (ni sorprendió) el desacato de simulación electoral. A partir de ahí el proverbio de marras aplica tanto al gobierno como a la oposición. Quisiera creer que la abstención real estimada en un 82%, favoreció a la Venezuela disidente. Quisiera poder afirmar que el silencio ensordecedor de las calles de Venezuela el 20-M nos conducirá al fin del régimen, y no a una pesada lona difícil de levantarse.

 

 

 

Lo noticioso del 20-M fue que el pueblo no pudo ser chantajeado. Esto es lapidario. El gobierno no tuvo músculo, ni remolque, ni autoridad. Ni los CLAPS, ni las amenazas, ni los billetes a boca de urna, fueron suficientes para sacar a la gente de sus casas. Ello representa el primer quiebre de base popular del Chavismo desde 1998, desde sus bases radicales. El pueblo no sólo no quiere a Maduro. No le obedece ni lo respeta. Ni a él ni a toda su camarilla de patrullaje lanzada como hienas sobre su presa. EL pueblo ya no le teme a militares, jerarcas ni colectivos. No hay jefatura que valga. La indignación se expresó en la abstención. Expresión de fatiga, rabia, desilusión y hastío que llegó a los barrios. ¿Quién la reivindica y la redime? Este es el tema…

 

 

 

Este es el capital político que deja el 20-M. El desmembramiento de la capacidad de convocatoria y control del gobierno. ¿Cómo, cuándo y quien la capitaliza? Lamentablemente no existe un líder opositor capaz de cobrar -a solas- ese dividendo. Y no puede existir porque el reto no es personal. Quien pretenda reemprender la lucha disidente aislada y obsesivamente [por la silla de Miraflores], por encima de la calamidad popular, morirá el intento… Son momentos en los que debe quedar atrás ese absorto de estupidez llamado dimisionismo profético embadurnado de egoísmo banal, y trabajar la política con un cemento que pegue de verdad, no con golosinas, secretariados y verborreas. Es ir aguas abajo con la gente. El que juegue posición adelantada irá muy fácil de lo sublime a lo ridículo.

 

 

 

Poder con hambre no dura 

 

 

 

Falcón -quien tuvo la audacia de participar en un evento fraudulento-tiene el mérito de haber puesto “el rey al desnudo”. Pero para nada queda como líder de la oposición habiéndose dejado bofetear con un 22% de limosna electoral. Es absolutamente irrelevante que a Maduro le concedan un 65% de votos cuando el 80% del país que se abstuvo, ni come, ni duerme, ni le cree. Sin embargo mientras no le demos forma y contenido a palabrita “legitimidad”, muy sonora, muy jurídica, muy normativa, positivista o constitucional, dependeremos de un manage a ritmo de estallido social y montonera militar peor de lo que tenemos. Somalia. La legitimación es música para los oídos de las clases medias educadas. Pero para un pueblo que lo que clama es comida, paz y vida, legitimidad es como un poema sinfónico de Liszt, fantaseando el piano con sus Années de Pèlerinage (años de peregrinaje). Es decir: nada de nada. La política frente a un poder tiránico, autoritario y totalitario no pasa por lo semántico o discursivo. Al dictador lo moral o legalista le va de madre y le sabe a casabe. Es más: ¡Lo celebra! Sobretodo cuando es un leviatán temido y con cobres. Pero cuando el pueblo le pierde l’autorités, cuando al príncipe desnudo carece de reparto, los legionarios en armas lo madrugan de sus aposentos. Eso también se sembró el 20-M. Reverol y Padrino López han puesto a Maduro en remojo. Y poder con hambre no dura…

 

 

 

En el país de los ciegos… 

 

 

 

Queda resolver el entramado de la oposición. Ni los abstencionistas ni los electoralistas pueden cantar victoria. Un debut abstencionista sin contrapeso y caída, hizo de ella [la abstención] vía libre para Maduro, y un huevo sin sal para la audiencia opositora, que ni los cascos se mordía detrás de su twitter. Quien convoque la unidad y se organice mejor, podrá reactivar la insurgencia de un pueblo depauperado pero burlado. Un pueblo cansado y acéfalo de liderazgo. Pero un pueblo indignado y mísero dispuesto a pulsar el desmoronamiento del minotauro con orden. No con gallineros.

 

 

 

Después del ojo sacado no hay Santa Lucía que valga. El mal está hecho. Gobierno y oposición, pueblo y ciudadanos, quedamos descolocados como sociedad, nadando en un mar de fondo donde ver por un ojo, demanda más audacia y acierto, que alharaca y capricho. Aprendamos la lección de la unidad real y operativa. Los errores los paga quien está fuera del poder por no saber sacar a los que están dentro (Gaetano Mosca). En ese frenesí hemos vivido. Cargados de divisiones, odios y ofensas entre afectos de una misma causa. Recojamos velas. Corramos y trepemos juntos, civilizadamente. De lo contrario en el país de los ciegos, el tuerto seguirá siendo el rey…

 

 
ORLANDO VIERA-BLANCO.

@ovierablanco