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Democracia del siglo XXI

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Democracia del siglo XXI

«Todos los seres humanos tienen derecho a ser tratados con dignidad y respeto»

 

Uno de los rasgos más característicos del siglo XXI es la desaparición de las barreras entre los asuntos domésticos o internos de los Estados y aquello que se considera externo o internacional. Parte de esa tendencia tiene que ver con el protagonismo del ser humano en las relaciones internacionales. De hecho, el desdibujamiento de tal diferenciación se encuentra en la convicción de la incidencia de las decisiones de los Gobiernos en la vida cotidiana de sus gobernados.

 

 

 

Esta realidad ha llevado a algunos a afirmar que los Estados han perdido autonomía en sus procesos de toma de decisiones; ya que las mismas deben ser asumidas, tomando en consideración los efectos y las reacciones que generan en el ámbito internacional, so pena de tener que ser revisadas en función de la estabilidad y el orden mundial.

 

 

 

 

De hecho, la concepción de soberanía ha dado un gran salto frente a temas como el de la democracia. Actualmente se asume que democracia no es únicamente una forma de organización política del poder dentro de los Estados, sino que por el contrario se refiere a la única forma de vida capaz de garantizar la satisfacción de los derechos fundamentales del ser humano.

 

 

 

Una de las razones de tal enfoque tiene que ver con el incremento en el número de demandas de las sociedades, las cuales se multiplican mucho más rápidamente que la capacidad de los Gobiernos de responder satisfactoriamente. Razón por la cual los gobiernos tienden a la descentralización como mecanismo de distribución de tareas, con lo cual se busca abarcar cada vez más amplitud en la satisfacción de las necesidades de los gobernados.

 

 

 

No en vano, en la Declaración del Milenio, suscrita en septiembre del año 2000, los Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas afirmaron que no escatimarían esfuerzo alguno por promover la democracia y fortalecer el imperio de la ley y el respeto de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales internacionalmente reconocidos. Reconocían así que, si bien la libertad para vivir sin miseria y la libertad para vivir sin temor son fundamentales, no resultan suficientes. Todos los seres humanos tienen derecho a ser tratados con dignidad y respeto.

 

 

 

Sin duda alguna, de esa manera se marcó el camino para diferenciar la democracia del siglo XXI de lo que el mundo había conocido hasta entonces.

 

 

 

Giovanna De Michele I.

@giovdemichele

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